lunes, 8 de diciembre de 2008

ARZOBISPO CELEBRÓ MISA EN HONOR A INMACULADA CONCEPCIÓN

Mons. Miguel Cabrejos dijo que la Inmaculada Concepción representa la pureza total en la entrega al Señor. "Dios nos ha dado el don de la libertad. Dios no la quita a pesar del pecado, sino no estuviéramos escuchando el santo evangelio. Él Tenía en su predisposición hacer la madre de Cristo”, afirmó.

Esta mañana en la Basílica Catedral, el Arzobispo Metropolitano de Trujillo y Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, Mons. Héctor Miguel Cabrejos Vidarte, OFM, celebró la Santa Eucaristía, en honor a la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Fiesta anual, que se celebra todos los 8 de diciembre, y que contó con una masiva asistencia de los fieles católicos trujillanos.

"La Inmaculada Concepción es la enseñanza la verdad del genero que la Virgen Maria fue concebida sin pecado original", señaló en el comienzo de su homilía, el celebrante. "La virgen Maria es el primer Sagrario de la humanidad porque tuvo en sus senos al Santo de los Santos, Santo 3 veces Santo Cristo. Todos los seres humanos producto de la naturaleza humana, que nacemos de la misma raíz humana, tenemos la consecuencia del pecado original esa es la gran diferencia con Maria", dijo nuestro arzobispo.

"Dios nos ha dado el don de la libertad. Dios no la quita a pesar del pecado, sino no estuviéramos escuchando el santo evangelio. Él Tenía en su predisposición hacer la madre de Cristo", agregó. El prelado, culminó la celebración Eucarística, deseando que la Santísima Virgen María derrame sus bendiciones, su gracia, el don de la salud, para todas y cada una de las familias. Finalmente, se procedió a un cántico Mariano, y nuestro pastor, derramó bendiciones a su paso.

Celebración de su aniversario sacerdotal
En la víspera (el domingo 7), el Mons. Cabrejos Vidarte celebró sus 34 años en el Ministerio Sacerdotal, presidiendo la Santa Misa de acción de gracias por su labor pastoral de la Santa Iglesia Católica. En ceremonia muy concurrida por la feligresía trujillana. El prelado comenzó la celebración Eucarística, recordando a todos los fieles católicos que el Domingo de adviento es tiempo litúrgico de preparación para la navidad, es decir, adviento tiempo de esperanza, esperanza única para la Iglesia para nosotros, esperanza profunda por Cristo.

Con la total atención de los fieles asistentes, el arzobispo, señaló en su homilía acerca de la existencia humana, diciendo "que la hermana muerte llegará algún día y que nadie podrá comprar un día más a su vida, por más rico que sea. Nacemos con las manos vacías, morimos y nos vamos con las manos vacías. Pero lo que si podemos llevar con nosotros, y es la enseñanza propia del evangelio valida para cada uno y todos nosotros, son nuestras buenas obras de amor".

"Si no tenemos amor, no valemos nada. El amor es nuestra principal esencia de la vida de la existencia humana", agregó. "Que el señor nos de esa gracia, que la Santísima Virgen, en la vocación de la Virgen de la Puerta nos llene de la tranquilidad que es Dios, como un niño que va de la manos con sus padres, que necesitamos cogernos, y protegernos. Que así sea", concluyó Mons. Miguel Cabrejos Vidarte.

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