Por. Freddy Gálvez Delgado.
Al margen del propósito que haya tenido el congreso peruano de promulgar dos leyes que autorizan construcciones en las inmediaciones del santuario de Machu Pîcchu, el mundo entero defiende su integridad. Organizaciones, instituciones y turistas han expresado su intención de mantener intacto el legado histórico y arqueológico. Es decir, no alterar su área intangible.
Fuentes procedentes del extranjero sustentan su posición en que “lo que se destroza por una mala ley, no podrá ser recuperado jamás…”Igualmente, que edificar en su entorno constituye una tragedia para la historia, la naturaleza y la humanidad. Las autoridades y las entidades económicas y sociales del Cusco coinciden con el mismo criterio y amenazan con adoptar medidas de fuerza para defender la fabulosa ciudadela.
Machu Picchu, expresión quechua que significa montaña vieja, fue considerada en julio del año pasado como una de las Siete Maravillas del Mundo. Este icono turístico universal recibe un promedio de dos mil visitantes al día. Las personas que lo conocen quedan verdaderamente embelezados por su espectacular magnificencia y el indescifrable misterio que lo envuelve…
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