Otra de las cosas buenas que se pudieron apreciar en la presentación del libro de Eduardo González Viaña sobre el “Tuno”, y las prácticas de este personaje como la cura de enfermedades previo diagnóstico con la “sobada del cuy”, y “negro tiene que ser”, decía el Tuno, sé porque lo digo
Por: Enrique Benites Delgado
He querido abstraerme de hacer comentarios sobre el acontecer político, casi todos lo hacen, un poco llevado por la canción del cantautor argentino Facundo Cabral, que dice: “Puedes decir basta a las cosas que te encadenan, a la tarjeta de crédito, a la noticias que te envenenan cada mañana…porque la vida es aquí y ahora mismo”, y porque es necesario recrear nuestra mente con algo positivo, voy a hacerle caso otra vez.
Otra de las cosas buenas que se pudieron apreciar en la presentación del libro de Eduardo González Viaña sobre el “Tuno”, y las prácticas de este personaje como la cura de enfermedades previo diagnóstico con la “sobada del cuy”, y “negro tiene que ser”, decía el Tuno, sé porque lo digo; es haber escuchado en el intermedio de la exposición a la cantautora trujillana Gloria Rengifo.
Confieso que era la primera vez que la escuchaba, amenizando la cálida noche con una hermosa canción dedicada a la ciudad de Trujillo titulada “Enamorados de Trujillo”. Es grato y emotivo escuchar a alguien que se identifica con su ciudad, que compone algo para perennizarla, más fácil es hacer una canción reguetonera o de moda que “recompensa” más rápido, cuando se piensa sólo en una retribución económica.
Otras ciudades del Perú como Chiclayo, Piura o Arequipa tienen sus canciones que las identifican, Trujillo no tiene, aún, una que la caracterice, que le de identidad, que donde uno vaya se la escuche y diga: ¡Ese es mi Trujillo! Al margen de la marinera, “Así baila mi trujillana”, conocida por los que participan en los festivales de marinera, escrita por otro gran trujillano, don Juan Benites, ahora olvidado en una cama producto de una cruel enfermedad, pocas son las canciones que se conocen.
Claro, eso depende también de los productores, de los dueños o conductores de programas radiales para difundir estas canciones. Tiene que ser previo pago para ello, y si no, no pasa nada. Nos falta identidad. ¿Di? “Mi Trujillo lindo yo te quiero por tus calles quietas y tu Plaza de Armas la más grande y bella”, comienza diciendo la canción de Gloria, y continua: “Cuando te fundaron, Dios te bendijo con tu caña dulce, tus hermosas mujeres, y si tu naciste en esta tierra linda vive orgulloso de sentir la primavera al abrir los ojos”.
Quien no puede sentirse orgulloso de vivir en esta tierra donde se dio el primer grito de libertad de nuestra patria. También se pregunta ¿por qué? “...Somos bienvenidos con la marinera, sus caballos de paso, con el magnetismo del Sol y la Luna, y el Chan Chan de barro”, se responde ella misma. Y no le falta razón. ¿Quién no conoce las hermosas y coloridas Huacas del Sol y la Luna?
Ni que decir de las milenarias ruinas de Chan Chan, la ciudad de barro más grande del mundo y declarado patrimonio de la humanidad, que se extendió en casi toda la zona norte del país. Incluso, este monumento histórico fue testigo del fusilamiento de más de seis mil trujillanos que lucharon contra la dictadura de Sánchez Cerro, en el año 1932 (“El Año de la Barbarie”, Thorndike). Por todo ello debemos vivir enamorados de nuestra tierra, debemos decir gracias a quienes tratan con mucho esfuerzo valorar nuestra identidad, hacer algo por ella y poder decir con orgulloso: ¡Soy trujillano, y qué!
Por: Enrique Benites Delgado
He querido abstraerme de hacer comentarios sobre el acontecer político, casi todos lo hacen, un poco llevado por la canción del cantautor argentino Facundo Cabral, que dice: “Puedes decir basta a las cosas que te encadenan, a la tarjeta de crédito, a la noticias que te envenenan cada mañana…porque la vida es aquí y ahora mismo”, y porque es necesario recrear nuestra mente con algo positivo, voy a hacerle caso otra vez.
Otra de las cosas buenas que se pudieron apreciar en la presentación del libro de Eduardo González Viaña sobre el “Tuno”, y las prácticas de este personaje como la cura de enfermedades previo diagnóstico con la “sobada del cuy”, y “negro tiene que ser”, decía el Tuno, sé porque lo digo; es haber escuchado en el intermedio de la exposición a la cantautora trujillana Gloria Rengifo.
Confieso que era la primera vez que la escuchaba, amenizando la cálida noche con una hermosa canción dedicada a la ciudad de Trujillo titulada “Enamorados de Trujillo”. Es grato y emotivo escuchar a alguien que se identifica con su ciudad, que compone algo para perennizarla, más fácil es hacer una canción reguetonera o de moda que “recompensa” más rápido, cuando se piensa sólo en una retribución económica.
Otras ciudades del Perú como Chiclayo, Piura o Arequipa tienen sus canciones que las identifican, Trujillo no tiene, aún, una que la caracterice, que le de identidad, que donde uno vaya se la escuche y diga: ¡Ese es mi Trujillo! Al margen de la marinera, “Así baila mi trujillana”, conocida por los que participan en los festivales de marinera, escrita por otro gran trujillano, don Juan Benites, ahora olvidado en una cama producto de una cruel enfermedad, pocas son las canciones que se conocen.
Claro, eso depende también de los productores, de los dueños o conductores de programas radiales para difundir estas canciones. Tiene que ser previo pago para ello, y si no, no pasa nada. Nos falta identidad. ¿Di? “Mi Trujillo lindo yo te quiero por tus calles quietas y tu Plaza de Armas la más grande y bella”, comienza diciendo la canción de Gloria, y continua: “Cuando te fundaron, Dios te bendijo con tu caña dulce, tus hermosas mujeres, y si tu naciste en esta tierra linda vive orgulloso de sentir la primavera al abrir los ojos”.
Quien no puede sentirse orgulloso de vivir en esta tierra donde se dio el primer grito de libertad de nuestra patria. También se pregunta ¿por qué? “...Somos bienvenidos con la marinera, sus caballos de paso, con el magnetismo del Sol y la Luna, y el Chan Chan de barro”, se responde ella misma. Y no le falta razón. ¿Quién no conoce las hermosas y coloridas Huacas del Sol y la Luna?
Ni que decir de las milenarias ruinas de Chan Chan, la ciudad de barro más grande del mundo y declarado patrimonio de la humanidad, que se extendió en casi toda la zona norte del país. Incluso, este monumento histórico fue testigo del fusilamiento de más de seis mil trujillanos que lucharon contra la dictadura de Sánchez Cerro, en el año 1932 (“El Año de la Barbarie”, Thorndike). Por todo ello debemos vivir enamorados de nuestra tierra, debemos decir gracias a quienes tratan con mucho esfuerzo valorar nuestra identidad, hacer algo por ella y poder decir con orgulloso: ¡Soy trujillano, y qué!
1 comentario:
Puedes ver la presentación del libro, Maestro Mateo, por el escritor Viaña, en video.
http://www.trujilloteve.com/2009/04/presentacion-del-cuento-maestro-mateo.html
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