A nivel mundial, las tasas medias de natalidad han disminuido a tres hijos por madre; educación y oportunidades económicas también ayudan a reducir tasas de natalidad. Muchas mujeres pobres, sin embargo, no tienen la posibilidad de planificar su familia, señaló Tula Zegarra Samamé..
La planificación familiar es fundamental para luchar contra la pobreza, afirmó la Decana del Colegio Regional de Obstetras III Lima Callao, Tula Zegarra Samamé con motivo del Día Mundial de la Planificación Familiar. Dijo que el número de mujeres que mueren al dar a luz es un claro indicador de las disparidades entre ricos y pobres. Señaló que hasta un tercio de esas muertes podría evitarse, si las mujeres tuvieran la posibilidad de decidir el número de hijos que quieren tener y cuándo.
Recalcó que en el caso del Perú, aún existe una brecha de números de hijos en relación a la tasa real de fecundidad, ya que las madres peruanas no desean tener más de dos hijos. El informe “Conductas relativas a la regulación de la fecundidad y sus costos” del Banco Mundial de julio del 2008, concluye que durante los últimos 30 años, las tasas de natalidad han venido disminuyendo ininterrumpidamente en todo el planeta, pero los niveles de fecundidad y el ritmo de disminución varían ampliamente de un país a otro.
Según este informe, en la mayoría de países, las mujeres tienen, en promedio, un máximo de tres hijos. Sin embargo, en 35 de los países más pobres del mundo, las tasas de natalidad siguen siendo elevadas, con un promedio de cinco hijos por madre. Muchas mujeres pobres, sin embargo, no tienen la posibilidad de planificar su familia. Según el informe, en los países en desarrollo se registran anualmente 51 millones de embarazos no deseados en mujeres que carecen de medios anticonceptivos.
“La planificación familiar contribuye a promover la equidad de género, al darle a las mujeres la oportunidad de poder tener una mayor permanencia en el sistema educativo, de poder tener una mejor preparación profesional, de poder conseguir empleos con más facilidad y, además, permanecer en ellos y tener empleos mejor remunerados”, señaló Zegarra Samamé. Indicó que existe una carga excesiva para las mujeres a las que todavía muchos países de la región las consideran las únicas responsables de la planificación familiar.
En ese sentido, agregó que se necesita una mayor participación de los hombres, ya que a veces estos impiden a las mujeres tener acceso a métodos anticonceptivos. La decana del CRO III dijo que esta fecha debe reafirmar el derecho y la posibilidad de planificar el inicio de una familia y determinar con libertad y responsabilidad el número de hijos que se desea tener así como el momento de su llegada al mundo.
Zegarra dijo que para reducir las tasas de natalidad en el largo plazo, no sólo se necesitan mejores programas de salud, también es importante promover la educación de las niñas y mujeres, así como promover el control de la natalidad, la planificación familiar y dar iguales oportunidades económicas a la mujer. Esto una buena variable predictiva de baja fecundidad.
“Permitir que la mujer tenga acceso a medios anticonceptivos modernos y medidas de planificación familiar contribuye a impulsar el crecimiento económico y reduce las altas tasas de natalidad que están profundamente ligadas a la pobreza endémica, las deficiencias en materia de educación y el elevado número de muertes maternas e infantiles”, finalizó Zegarra Samamé.
La planificación familiar es fundamental para luchar contra la pobreza, afirmó la Decana del Colegio Regional de Obstetras III Lima Callao, Tula Zegarra Samamé con motivo del Día Mundial de la Planificación Familiar. Dijo que el número de mujeres que mueren al dar a luz es un claro indicador de las disparidades entre ricos y pobres. Señaló que hasta un tercio de esas muertes podría evitarse, si las mujeres tuvieran la posibilidad de decidir el número de hijos que quieren tener y cuándo.
Recalcó que en el caso del Perú, aún existe una brecha de números de hijos en relación a la tasa real de fecundidad, ya que las madres peruanas no desean tener más de dos hijos. El informe “Conductas relativas a la regulación de la fecundidad y sus costos” del Banco Mundial de julio del 2008, concluye que durante los últimos 30 años, las tasas de natalidad han venido disminuyendo ininterrumpidamente en todo el planeta, pero los niveles de fecundidad y el ritmo de disminución varían ampliamente de un país a otro.
Según este informe, en la mayoría de países, las mujeres tienen, en promedio, un máximo de tres hijos. Sin embargo, en 35 de los países más pobres del mundo, las tasas de natalidad siguen siendo elevadas, con un promedio de cinco hijos por madre. Muchas mujeres pobres, sin embargo, no tienen la posibilidad de planificar su familia. Según el informe, en los países en desarrollo se registran anualmente 51 millones de embarazos no deseados en mujeres que carecen de medios anticonceptivos.
“La planificación familiar contribuye a promover la equidad de género, al darle a las mujeres la oportunidad de poder tener una mayor permanencia en el sistema educativo, de poder tener una mejor preparación profesional, de poder conseguir empleos con más facilidad y, además, permanecer en ellos y tener empleos mejor remunerados”, señaló Zegarra Samamé. Indicó que existe una carga excesiva para las mujeres a las que todavía muchos países de la región las consideran las únicas responsables de la planificación familiar.
En ese sentido, agregó que se necesita una mayor participación de los hombres, ya que a veces estos impiden a las mujeres tener acceso a métodos anticonceptivos. La decana del CRO III dijo que esta fecha debe reafirmar el derecho y la posibilidad de planificar el inicio de una familia y determinar con libertad y responsabilidad el número de hijos que se desea tener así como el momento de su llegada al mundo.
Zegarra dijo que para reducir las tasas de natalidad en el largo plazo, no sólo se necesitan mejores programas de salud, también es importante promover la educación de las niñas y mujeres, así como promover el control de la natalidad, la planificación familiar y dar iguales oportunidades económicas a la mujer. Esto una buena variable predictiva de baja fecundidad.
“Permitir que la mujer tenga acceso a medios anticonceptivos modernos y medidas de planificación familiar contribuye a impulsar el crecimiento económico y reduce las altas tasas de natalidad que están profundamente ligadas a la pobreza endémica, las deficiencias en materia de educación y el elevado número de muertes maternas e infantiles”, finalizó Zegarra Samamé.
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