Paolo Zavaleta señaló que ahora último Trujillo está experimentando algo extraordinario: la ciudad que albergó e inspiró a notables poetas vive hoy su reconciliación con la poesía, como si ésta se hubiese puesto de moda nuevamente o como si se tratase de una tendencia o necesidad a la que hay que seguir para subsistir.
Todo un éxito fue la primera fecha del festival de poesía “Entre el mar y la luna” que se inició en Huanchaco este sábado 1º y se proyecta hasta el sábado 22 de febrero, con la presencia de poetas y trovadores de Trujillo, Chiclayo, Lima y desde Piura. Al primer “Entre el mar y la luna” llegaron Rafael Ríos Cárdenas, Octavio Solano, Parix Cruzado, Oscar Ramírez, Cecilio Venegas Piminchumo y Juan Carreño.
La conducción del evento estuvo a cargo de los jóvenes comunicadores Vannesa López y Franklin Romero. Dos de los integrantes del Círculo Literario de la Universidad César Vallejo Rafael Ríos (Trujillo 1991) y Octavio Solano (Chocope, 1994) fueron los encargados de “romper los fuegos poéticos” a las 5:30 de la tarde, en un escenario que contaba sólo con sillas para los espectadores y como fondo el mar de Huanchaco y los bañistas sabatinos.
“Existen días discretos/ espacios ajenos que carecen de rostro, /días, en que el mundo reposa en mis vidrios y disfruto de él, /como si fuese de otro /así, tal como estoy /rodeado de nubes opacas /indultado a moverme / sin los trajes de triste /ni los cortes de alegre /así, tal como estoy…” empezó Ríos para provocar los primeros aplausos del respetable, que en su mayoría se trasladó desde Trujillo.
En el contrapunto entró Octavio con versos que exclamaban: “Habrá que aprender de la oscuridad / de los bailes incandescentes /de los suaves ritmos de las brujas / /habrá que oír el compás / de los pasos de nadie en el silencio /cosernos los labios, despacio /perforando los huesos /cantarnos las plegarias”. El otro dúo de poetas en aparecer fue Parix Cruzado (Trujillo 1979) y Oscar Ramírez (Lima 1984).
Del primero tomamos nota del poema 2 de su libro “Treintaitres”: "Antes dije en esta misma playa y sobre ella / que aquí era imposible guardar la paz / evitar renacer en un instante / como el animal que escribe y deja de vivir / que se aparta de lo grato del viento y de la libre extensión / para encasillarse en un terrible asunto legible trascendente...".
Y de Oscar su “Inventario de Imágenes /: Mar o luna. / Cristal o acero penetrando la noche. / Luz o fiebre de cúpulas / rechinando en secretas voces./ Murmullos. Herida azul./ Alba. Rendija de sol./ Nocturnos telares perdieron el brillo / mientras se avivan en ellos / las cárceles y el tiempo. / Sobre el horizonte,/ la perpetua burbuja de fuego”.
Entonces, minutos antes del ocaso fue el turno para Cecilio Venegas (Trujillo 1968) con sus versos que cantan a su balneario: “Linda mariscadora / compañera de mi quietud / eres como la bella sirena/ que canta en el inmenso mar… / con tus redes y mi caballito / hoy tu amor he de pescar”. Y en el preciso instante del crepúsculo –mar de fuego- fue grato escuchar al poeta chileno Juan Carreño Acuña (Rancagua 1986).
De su libro “Compro fierro” leyó estos versos: “Conocí a la Chica días antes / del fin del mundo./ Cristo había llegado hace tiempo / y vivía en la Santo Tomás./ Por esos días la gente andaba en la magia / aplaudiéndose la cabeza./ Éramos pura bulla./ Vimos los supermercados transformarse en perreras / y los carros de sopaipillas/ en palomares. Sólo alcanzaba para quedarnos escuchando árboles./ Por esos días ya estábamos todos tan /solos /que ni nos dimos cuenta / cuando de un sablazo/ el cielo/ se nos rajó”.
Luego vino el momento de los espontáneos, del micrófono abierto, oportunidad que no desaprovecharon el resto de los integrantes del Círculo Literario de la UCV para compartir sus versos con el público presente con el fondo del golpear de las olas. Entre el público se observó al director de la librería “Vallejo Vive”, Paolo Zavaleta; al investigador literario Blasco Bazán; al director de “Casa Nuestra Editores” Alberto Alarcón y la fotógrafa Vania Pereda; así como investigadores de España.
Para el poeta Parix Cruzado la tarde noche del 1º de febrero, cita poética sobre las arenas de Huanchaco, “es una idea genial la puesta en marcha de esta serie de recitales que han han permitido a organizadores, poetas y oyentes, ser testigos de nuestra capacidad de dar y brindar vida, extender el corazón y hacer de la poesía una fiesta de compartir. Estoy agradecido de ser parte de este acontecimiento genial. ¡Muchas gracias a todos los involucrados!”
Por su parte, el director de la librería “Vallejo Vive”, Paolo Zavaleta señaló que ahora último Trujillo está experimentando algo extraordinario: la ciudad que albergó e inspiró a notables poetas vive hoy su reconciliación con la poesía, como si ésta se hubiese puesto de moda nuevamente o como si se tratase de una tendencia o necesidad a la que hay que seguir para subsistir en estos convulsionados días.
“Muestra de ello es “Entre el Mar y la Luna”, una magnífica puesta en escena de la más bella bailarina de las letras: la poesía. Sus coreógrafos, el poeta Luis Cabrera Vigo y la fotógrafa Elda Delgado Rojas, hábilmente montaron una seguidilla de exposiciones poéticas a cargo de poetas de todo calibre”, apuntó. Igualmente, subrayó que un momento memorable de aquella tarde poética fue cuando una niña –inspirada en aquel mágico momento- hizo danzar la poesía frente a un micrófono débilmente iluminado por un ocaso que también revelaba su propio recital lírico desde su lejano emplazamiento.
Bien pudo llamarse “Entre la Poesía y la Fotografía”, “Entre el Ocaso y el Verso” o cualquier otro título cuya inspiración nos conduzca a homenajearla con este encantador encuentro de vates. Lo trascendental es que estos recitales, que vienen produciéndose en la ciudad, y el amor por la poesía en sus distintas expresiones nos traerán como resultado que la ciudad de Trujillo, en pleno, se vuelva a enamorar de sus letras, dejando atrás las banalidades a las que nos estamos malacostumbrando.
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