“Mi cuerpo no quiere tu opinión”, “vivas las queremos”, “el hombre que agrede deja de serlo”, “la violencia es para ignorantes”, “alto a los feminicidios”, “Arlette Contreras, golpeada y arrastrada por el piso de un hotel por Adriano Pozo, su expareja. ¡Aún sin justicia!”, fueron algunas de las frases que se leyeron en los centenares de carteles.
“Yo no puedo pararme de la mesa sin antes recoger los platos de mi hermano. En mi casa me exigen a que atienda a mi hermano y a mi papá, que les sirva, que les tienda su cama”, cuenta Olga –a quien llamaremos así para proteger su identidad–. Ella vive en Chepén y a pesar de que esta ciudad se encuentra a tan solo unas tres horas de Trujillo –en donde aparentemente existen muchas asociaciones que promueven la defensa de los derechos de las mujeres–, el machismo aún permanece arraigado en la familia de Olga, y en casi toda esta ciudad.
Es por este motivo que más de 100 estudiantes de la Universidad Nacional de Trujillo, filial valle Jequetepeque, iniciaron un plan de acción para disminuir los casos de violencia contra la mujer, no solo en Chepén sino también en todas las zonas que comprenden dicho valle como, entre otros, Guadalupe, Ciudad de Dios, San Pedro, Pacasmayo, Jequetepeque y Pacanguilla.
“Mi cuerpo no quiere tu opinión”, “vivas las queremos”, “el hombre que agrede deja de serlo”, “la violencia es para ignorantes”, “alto a los feminicidios”, “Arlette Contreras, golpeada y arrastrada por el piso de un hotel por Adriano Pozo, su expareja. ¡Aún sin justicia!”, fueron algunas de las frases que se leyeron en los centenares de carteles que se presentaron con motivo de la Primera Marcha Masiva en Contra de la Violencia Hacia la Mujer.
La marcha fue organizada por estudiantes del segundo ciclo de las carreras de Trabajo Social, Enfermería, Administración y Contabilidad de Estudios Generales de la Universidad Nacional de Trujillo (UNT), filial valle Jequetepeque. Los estudiantes recorrieron las principales calles con arengas en las que exigían justicia y respeto. En la marcha también se brindó material de difusión y orientación sobre los centros y número de atención para las mujeres que son víctimas de violencia o para quienes han sido testigos de agresiones contra ellas.
“Aquí existe mucho desconocimiento sobre cómo denunciar y a dónde ir. Existe, sobre todo, mucho silencio. Silencio por parte de las autoridades municipales, policiales, fiscales, judiciales, hasta de los mismos medios de comunicación. Hace un par de semanas, aquí en Chepén, agredieron a una señora en la puerta de su casa y fue socorrida por un transeúnte, manifestó con evidente molestia la docente a cargo de los estudiantes, Djanira Ruiz Cabrera.
¿Qué se ha hecho con ese caso? ¿Han llegado a su casa las autoridades pertinentes a ayudarla para que siga el proceso de denuncia? ¿Cuántos casos habrán y no les dan importancia, como si maltratar a una mujer fuera de lo más normal?”, se preguntó. “Sabemos que hoy se están desarrollando actividades con motivo de las fiestas de Chepén y todos hablando y cubriendo lo que la agenda municipal les dice, las autoridades los manejan. Podrían estar atendiendo casos relevantes, realizando investigaciones que pueden hasta salvar vidas”, añadió con firmeza.
La educadora señaló que sus mismos alumnos le manifiestan que, después de una investigación, se han identificado muchos casos de violencia contra las mujeres de las zonas que comprenden el valle Jequetepeque, y que no se denuncian porque hay mucha ignorancia o porque las víctimas se encuentran amenazadas. “Se nota que todavía hay mucho machismo en esta zona. Esta mañana, por ejemplo, durante nuestro recorrido, hubieron muchas muestras de machismo de parte de policías y conductores”, señaló.
“muchos de ellos les gritaron a los estudiantes: ‘si no quieren que las maten no salgan a discotecas, si no quieren que las asesinen no usen faldas’. Es increíble cómo continúan justificando la violencia o el feminicidio. Es increíble que todavía haya lugares en donde el machismo aún se encuentre muy arraigado. Esto es lo que precisamente quieren cambiar los jóvenes, quieren cambiar los pensamientos retrógradas y equivocados, buscan erradicar el machismo”, puntualizó.
Cabe señalar que la mencionada marcha es el comienzo de todo un plan de acción en defensa de los derechos de las mujeres que incluirá trabajar no solo desde los centros de estudios del nivel superior sino también desde el nivel básico regular, así como realizar alianzas con los Centro de Emergencia Mujer, Fiscalías de Familia, asociaciones civiles, etc. “La idea es que los jóvenes se conviertan en agentes de cambio y sean los supervisores y fiscalizadores de que las autoridades competentes estén cumpliendo con su deber”, manifestó Ruiz Cabrera.
Se debe indicar que el inicio del plan de acción se realizó durante este mes con motivo del Día de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, que se conmemora el próximo 25 de noviembre.
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