sábado, 16 de marzo de 2019

Reacción tardía ante peligro de quebradas

El año pasado 2018 hubo dinero destinado a la reconstrucción de los daños sufridos por las intensas lluvias del 2017, pero sabemos por los resultados, de la ineptitud e indolencia de las más altas autoridades encargadas de ejecutar las obras que ahora nos protegería de esta amenaza telúrica, que nadie desea que ocurra en gran magnitud.

Por: Amaro Rodríguez Santillán

Existe un justificado temor en la población metropolitana de Trujillo, ante el aumento de la temperatura ambiental, que acelerará la evaporación de las aguas marinas y densas nubes cubrirán el cielo de nuestra región y se precipiten en intensas lluvias, como las registradas en el año 2017 y cause enorme daño a la infraestructura de la ciudad, a los vecinos en sus los inmuebles y se vivan momentos de angustia y zozobra.

No olvidemos que generalmente los últimos días del mes de marzo han sido muy aciagos, por ser fechas en las que se intensificaron las lluvias y provocaron graves daños, como las ocurridas por el fenómeno del niños en los años 1982-1983 y en los años 1997-1998 y el 2017 y otros años con menor intensidad, pero las aguas de las quebradas discurrieron por el centro de nuestra ciudad y anegaron Víctor Larco.

El año pasado 2018 hubo dinero destinado a la reconstrucción de los daños sufridos por las intensas lluvias del 2017, pero sabemos por los resultados, de la ineptitud e indolencia de las más altas autoridades encargadas de ejecutar las obras que ahora nos protegería de esta amenaza telúrica, que nadie desea que ocurra en la magnitud que genere desastres.
Tengamos presente que las aguas nutren quebradas y ríos que tienden a discurrir por sus antiguos cauces  pudiéndose desviarse al encontrar colmatado su cauce original, o cuando el caudal sea muy superior a los anteriores y  busque otros desniveles por donde fácilmente puedan discurrir torrentosas aguas que  destruyen lo que encuentran a su paso.

Es alentador aunque tardíamente responder con precarias soluciones para proteger de las barrosas aguas y lodo a los inmuebles colocando sacos con arena, como una defensa paliativa ante eventuales avenidas de agua que discurran por las calles de la ciudad.

Si estos trabajos rústicos de prevención se ejecuten en forma intensiva en la ciudad y en los  distritos de El Porvenir, Florencia de Mora y centro poblado El Milagro, en los distritos de Víctor Larco y Huanchaco, servirán como muro de contención y encausamiento de las probables aguas que pudieran discurrir por las calles.

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