El recurso de casación fue interpuesto por el club como parte vencida (demandante) en primera y segunda instancia en la Corte Superior de Justicia de La Libertad respecto a la demanda de prescripción adquisitiva de dominio en contra de la MPT y la Beneficencia Pública de Trujillo, las que fueron declaradas infundadas.
El martes último, en Lima, la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia escuchó los alegatos de las partes respecto a la casación en el caso de la propiedad del terreno del Club Libertad. Fue en la audiencia de vista de la causa del recurso de casación planteada por el club. Los alegatos finales estuvieron a cargo de Martín Salcedo Salazar, por parte de la Municipalidad Provincial de Trujillo (MPT) y por la defensa del Club Libertad Gunter Gonzáles Barrón.
El primero sustentó en su informe oral la defensa de los interese del pueblo trujillano, pidiendo en su alegato se declare infundada la casación interpuesta por el club. El recurso de casación fue interpuesto por el club como parte vencida (demandante) en primera y segunda instancia en la Corte Superior de Justicia de La Libertad respecto a la demanda de prescripción adquisitiva de dominio en contra de la MPT y la Beneficencia Pública de Trujillo, las que fueron declaradas infundadas.
La decisión conclusiva del tribunal que preside Francisco Távara Córdova quedará al voto y debe conocerse en dos o tres meses, tiempo estimado en el que se espera salga la resolución con el pronunciamiento. En este caso se reclama para proyectos sociales la devolución del terreno de poco más de 23 mil m2 ubicado en el centro histórico de Trujillo, que ha venido ocupando el Club Libertad entre Av. España, San Martín y Bolognesi. La propiedad está valorizada en aproximadamente 60 millones de soles.
Debe recordarse que el Poder Judicial se pronunció antes en dos instancias indicando que la propiedad corresponde a la Beneficencia Pública de Trujillo y que en junio del 2019 el Club Libertad solicitó la prescripción adquisitiva de dominio del predio que ocupan desde finales del siglo XIX. Según el expresidente de la Beneficencia Pública, Constante Traverso, el club no cumplió con las condiciones exigidas por la Ley para obtener la propiedad sin pago alguno y solo propugna un interés netamente comercial por el millonario valor comercial de la propiedad.
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