Quisiéramos no contar la experiencia de candidatos procedentes del congreso disuelto, que indudablemente tienen la suficiente experiencia para enturbiar el trabajo del Poder Legislativo y ejercer su experiencia manipuladora sobre los nuevos congresistas, no contaminados con el virus de la corrupción parlamentaria.
Por: Amaro Rodríguez Santillán
Ante la ausencia de candidatos de peso por sus conocimientos y experiencia en la formulación de las reformas, que deban plantearse desde el Poder Legislativo, al parecer por no querer ser congresistas de año y medio en el ejercicio de la función legislativa, una gama variopinta de ciudadanos sin mucho peso en el accionar político-administrativo, pretenden ser elegidos, esto genera dudas de un buen trabajo, pero puede superarse con buena voluntad y asesoría eficiente y veraz, para hacer efectivo los cambios que se espera.
Quisiéramos no contar la experiencia de candidatos procedentes del congreso disuelto, que indudablemente tienen la suficiente experiencia para enturbiar el trabajo del Poder Legislativo y ejercer su experiencia manipuladora sobre los nuevos congresistas, no contaminados con el virus de la corrupción parlamentaria. Es necesario para nuestro desarrollo y progreso sostenido, encarrilar el accionar de los nuevos integrantes parlamentarios por la vía honesta y transparente, que genere confianza en la ciudadanía.
Asimismo, devuelva el respeto a la investidura de los parlamentarios, venida a menos por el turbio accionar de la mayoría congresal disuelta que desprestigió tanto la función parlamentaria, para calificar como simples estropajos a determinados congresistas. De hecho ya hay consenso de rebajar los haberes de los congresistas en un 50%, eliminar la inmunidad parlamentaria, utilizada tantas veces como impunidad de presuntos delitos cometidos por legisladores, pero hará falta asesores especializados además de la fortaleza de sus conocimientos, vaya de la mano con un gran grado de honestidad para elaborar buenas reformas.
La ciudadanía será enfática en señalar la presencia en el parlamente nacional, como asesores de los nuevos parlamentarios, a zorros plateados y rucos refinados de alto vuelo para blindar a parlamentarios en presuntos delitos, como robar el dinero público. Por esa razón no deben verse en las oficina de parlamentarios esta laya de asesores, que no hacen ningún bien a la función legislativa y más bien lo orientan al delito.
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