Leyes dudosas que
aprobarían serían derogadas si es necesario vía referéndum. De aprobarse la
revisión de las normas que no concedieron la licenciatura a universidades
privadas, el próximo Presidente y el nuevo Congreso de la República plantearán
su reconsideración, de no hacerlo será el pueblo el que lo exigirá vía
referéndum.
Por: Amaro Rodríguez Santillán
El Presidente
del Congreso de la República Manuel
Merino de Lama, por una interpretación imprecisa de “incapacidad moral
permanente” y no por las precisas y verdaderas causales establecida por la
Constitución Política del Estado peruano, el Congreso declaró vacancia del
cargo y lo asumió el Presidente del Congreso, no como presidente electo, sino
impuesto por 105 parlamentarios, como un congresista encargado de la
Presidencia de la República.
En
opinión personal como parte del público, sin ser letrados conocemos el caso
análogo del buen congresista Valentín
Paniagua, cuando asumió el encargo del Congreso como Presidente por un
tiempo preciso para convocar elecciones generales, que los cumplió fiel a la
Constitución, no para desempeñarse como un Presidente ordinario y pretender
aprobar leyes dudosas, por ser de exclusivo interés de personas o grupos, y no
del pueblo.
Se
trata de revisar el caso de la negación de licenciatura determinadas universidades
dispuestas por el Sunedu, más bien deben preocuparse por el enfrentamiento a la
corrupción debatiendo un proyecto de Ley para tipificar como traición a patria,
el robo de los recursos del Estado. Claro está que no quieren ponerse la soga
al cuello. Esperamos que el Premier Ántero
Flores Aráoz, quien desde su estadio de abogados defiende a universidades
privadas para darles oportunidad, revisando las normas legales por las que se
les negó la licenciatura.
De
hacerlo se confirmaría una de las causales porque hubo masiva votación por la
vacancia de Martín Vizcarra. El congresista con atribuciones del Presidente
encargado, y su entorno parlamentario como él dice “somos una familia”, no
pueden soñar en ampliar su mandato alargando el proceso electoral, para tener
mayor tiempo en repartirse la rentabilidad que da el cargo a estos traidores de
la conciencia cívica del pueblo peruano.
De
aprobarse la revisión de las normas que no concedieron la licenciatura a
universidades privadas, el próximo Presidente y el nuevo Congreso de la República
plantearán su reconsideración, de no hacerlo será el pueblo el que lo exigirá
vía referéndum. Esta espantosa lección dada por 105 congresistas, quienes
olvidaron a sus representados, vendieron sus conciencias a cambio del vil
dinero traicionando a su patria, nos sirva para recordar en los próximos cuatro
meses, saber elegir a un Presidente de la República.
No
a personas que degradan al cargo y en poco tiempo se convierten en vulgares
mequetrefes. No perdamos de vista el peligro que representa a la voluntad
popular los nefastos protagonistas, que dicen y se desdicen, tengamos siempre
presente los intereses del pueblo burlados continuamente. Quienes empeñan su
palabra y no la cumplen, traicionan al pueblo, un hombre vale por su palabra
empeñada, sino lo cumplen queda como un desgraciado individuo dañino para la
sociedad.
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