LOS “FANTASMAS” DEL ALCALDE

Lamentablemente, la autoridad edil lejos de corregir estas notorias deficiencias en las que incurren sus “funcionarios de confianza” se las emprende contra los que las hacen notar, pretendiendo ponerse en el papel de “víctima” y tildando de “opositores apristas” a quienes lo critican con fundamento.

Por: José Alayo Chinchayán
jalayo@gmail.com
www.jalayo.blogspot.com

Habiendo transcurrido casi 16 meses desde que la presente gestión municipal, encabezada por Cesar Acuña Peralta, asumió los destinos de nuestra ciudad bajo la premisa de un “Gran Cambio”, podemos darnos cuenta a simple vista que -hasta el momento- le sigue quedando demasiado grande el encargo que los trujillanos le confiaron al diminuto burgomaestre; es más, me ratifico totalmente en lo expresado en el mes de mayo del 2007 (http://www.peruprensa.org/Aa060507.htm) en el sentido que el Sr. Acuña ha demostrado un total desconocimiento de lo que significa la administración pública.

En aquella oportunidad (6 de mayo del 2007), alertábamos de las repercusiones que podrían significar para nuestra ciudad el hecho de mantener –por parte del controvertido alcalde- una posición altanera y prepotente, la cual se ha visto agravada seriamente por las reiteradas “mentiras” y “enfrentamientos” que lo ha llevado a distanciarse del resto de autoridades y gran parte de la sociedad civil, pues lejos de buscar el consenso y propugnar la tolerancia, insiste “tercamente” en pelearse con todo el que se atreva a criticar la poca capacidad demostrada por sus funcionarios de confianza (en su gran mayoría provenientes de su universidad privada).

Y cuando hablamos de poca capacidad, necesariamente tenemos que incidir en los índices de gasto presupuestal del año 2007; pues, de acuerdo a las cifras oficiales la MPT manejó durante el año 2007 la nada despreciable cifra de 28 millones 073,194.57 nuevos soles (Foncomun: 18’121,732.88 nuevos soles; canon y sobrecanon, regalías, renta de aduanas y participaciones: 5’959,695.73 nuevos soles; recursos ordinarios; 2’832,582.00 nuevos soles y impuestos municipales: 1’252,110.54 nuevos soles) de los cuales sólo se invirtieron en obras algo más de 7 millones de nuevos soles (según las propias palabras de Acuña Peralta).

¿No representa acaso este solo hecho una notoria incapacidad de gasto por parte de la actual gestión edil? Claro, ahora escuchamos al alcalde decir que ya existen más de 100 millones de nuevos soles comprometidos en obras que se ejecutarán durante el presente año (según lo afirmado en algunos medios de comunicación televisivos y escritos luego de su “accidentado” viaje a Grecia y EE.UU); sin embargo, estas obras -entre las que ha resaltado la construcción de un By Pass y el Terminal Terrestre- aún no figuran dentro del portal municipal: www.munitrujillo.gob.pe, tal como lo dispone la Ley 27806 de Transparencia y Acceso a la Información.

Lamentablemente, la autoridad edil lejos de corregir estas notorias deficiencias en las que incurren sus “funcionarios de confianza” se las emprende contra los que las hacen notar, pretendiendo ponerse en el papel de “víctima” y tildando de “opositores apristas” a quienes lo critican con fundamento. Tal pareciera que sufre de un “delirio de persecución” y ve “fantasmas” hasta en la sopa. Sin embargo, ya es tiempo que Acuña Peralta despierte de sus sueños de opio y vea que la realidad dista mucho de los ofrecimientos realizados durante su millonaria campaña política.

El alcalde debe de entender –de una buena vez- que no es exigiéndole pleitesía al Gral. Becerra Velarde como se va ha solucionar el agobiante problema de la seguridad ciudadana en Trujillo; tampoco es insinuando que ciertos periodistas le están haciendo la “guerra sucia” para desprestigiar su trayectoria política (¿?), como va ha pretender tapar los tremendos errores que cometen sus regidores y funcionarios (como el caso del ofrecimiento hecho por la regidora Montenegro a los comerciantes de los mercados, en la que incluso él mismo reveló en un programa radial que habían falsificado su firma, hecho de suma gravedad que no se puede tomar a la ligera).

Menos se puede pretender “tapar el sol con un dedo” en el escandaloso tema de la “Caja Trujillo”, cuyo logo institucional fue utilizado indebidamente por su equipo de fútbol, a pesar que dicha entidad crediticia paramunicipal había denegado la solicitud de un pago de 75 mil dólares americanos, para aparecer como sponsor del Club “Universidad Cesar Vallejo” de su propiedad; es más, le recordamos que usted mismo “aseguró” ante los medios de comunicación que la utilización del logo en las camisetas de la UCV era de manera gratuita y que no existía demanda económica alguna de por medio.

Sin embargo, cuando el Diario “La Industria” hace pública la carta de petición firmada por su hijo Richard Acuña Nuñez (que fuera denegada por la gerencia mancomunada de Caja Trujillo por considerarla demasiada alta) lejos de exigir una severa investigación para aclarar los hechos y sancionar a los responsables, se las emprende contra los periodistas del diario en mención, dejando entrever que tratan de desestabilizarlo. Aquí lo que se tiene que aclarar es lo siguiente: ¿Existió o no la petición de los 75 mil dólares por parte del Club a Caja Trujillo? y de ser así: ¿Quién autorizó el uso indebido del logo de Caja Trujillo si la oferta de la UCV había sido denegada?

Trujillo es una ciudad culta y noble que no se merece este maltrato por parte de sus autoridades ediles; por lo tanto, es hora que la actual gestión municipal se ponga a trabajar en serio con miras a su desarrollo. La gente reclama –y con justa razón- se cumpla con los ofrecimientos de “gran cambio” que tanto se propugnaba durante la millonaria campaña de APP. Tanto se criticaba de las gestiones anteriores la pasividad, inoperancia y la falta de control; sin embargo, la gestión de Acuña Peralta está demostrando que no sólo se incurre en los mismos errores, sino que incluso amenaza con superarlos. ¡Vamos señor alcalde, dejé sus miedos fantasmales de lado y dedíquese a trabajar en serio!