Un tribunal francés ha ordenado la puesta en libertad de Petrella, condenada en Italia por terrorismo. Hasta ahora, la ex brigadista permanecía hospitalizada, bajo custodia policial, en el hospital psiquiátrico parisino de Sainte-Anne, aquejada de "trastornos depresivos y suicidas" y en estado de desnutrición.
Paris.- Marina Petrella, la ex terrorista italiana de las Brigadas Rojas que lleva un año detenida en Francia y cuya extradición reclama Italia, ha sido puesta en libertad bajo control judicial por la justicia francesa. La salud de Petrella se ha deteriorado mucho desde que fuera detenida en agosto de 2007 en Francia con vistas a ser extraditada a Italia. En una reciente carta enviada a sus familiares decía la activista que prefería "morir libre antes de que me entierren viva" en una cárcel italiana.
Un tribunal francés ha ordenado la puesta en libertad de Petrella, condenada en Italia por terrorismo. Hasta ahora, la ex brigadista permanecía hospitalizada, bajo custodia policial, en el hospital psiquiátrico parisino de Sainte-Anne, aquejada de "trastornos depresivos y suicidas" y en estado de desnutrición. La puesta en libertad de Petrella, de 54 años, no anula el trámite de su extradición a Italia, que ha sido decidido ya por las autoridades francesas pero está pendiente de que se resuelva un recurso de la defensa ante el Consejo de Estado.
Petrella fue miembro del grupo terrorista italiano de extrema izquierda Brigadas Rojas, y fue condenada en Italia en 1993 a cadena perpetua por complicidad en el asesinato del comisario de policía Sebastiano Vinci en 1982. No se ordenó entonces su ingreso en prisión y pasó a Francia, donde rehizo su vida, se casó, tuvo una segunda hija -tuvo una en una cárcel italiana- y encontró un trabajo como asistente social. Llevaba una vida ejemplar, lejos del activismo radical de su juventud.
Pero en 2002, el nuevo presidente francés, Jacques Chirac, revierte la política francesa de su antecesor, François Mitterrand, de acoger a los ex activistas de las Brigadas Rojas. Roma entrega una lista en la que figura Petrella y, en 2007, le llega el turno: acude a una comisaría en agosto para responder sobre un accidente de coche que había tenido un año antes y ya no sale. Desde entonces se tramita su extradición, pero ella permanece encarcelada, pese a las peticiones de su defensa.
El primer ministro francés, François Fillon, firmó el decreto de extradición de la ex brigadista hace dos meses, pero la abogada de Petrella la recurrió ante el Consejo de Estado, cuyo dictamen, que aún se espera, no es vinculante, aunque el Gobierno suele esperarlo. La izquierda francesa, incluyendo a Carla Bruni, esposa del presidente Nicolás Sarkozy, se ha movilizado para que no sea entregada, pero en Italia no se la perdona, entre otras cosas porque nunca se ha disculpado o arrepentido. (Agencias)
Paris.- Marina Petrella, la ex terrorista italiana de las Brigadas Rojas que lleva un año detenida en Francia y cuya extradición reclama Italia, ha sido puesta en libertad bajo control judicial por la justicia francesa. La salud de Petrella se ha deteriorado mucho desde que fuera detenida en agosto de 2007 en Francia con vistas a ser extraditada a Italia. En una reciente carta enviada a sus familiares decía la activista que prefería "morir libre antes de que me entierren viva" en una cárcel italiana.
Un tribunal francés ha ordenado la puesta en libertad de Petrella, condenada en Italia por terrorismo. Hasta ahora, la ex brigadista permanecía hospitalizada, bajo custodia policial, en el hospital psiquiátrico parisino de Sainte-Anne, aquejada de "trastornos depresivos y suicidas" y en estado de desnutrición. La puesta en libertad de Petrella, de 54 años, no anula el trámite de su extradición a Italia, que ha sido decidido ya por las autoridades francesas pero está pendiente de que se resuelva un recurso de la defensa ante el Consejo de Estado.
Petrella fue miembro del grupo terrorista italiano de extrema izquierda Brigadas Rojas, y fue condenada en Italia en 1993 a cadena perpetua por complicidad en el asesinato del comisario de policía Sebastiano Vinci en 1982. No se ordenó entonces su ingreso en prisión y pasó a Francia, donde rehizo su vida, se casó, tuvo una segunda hija -tuvo una en una cárcel italiana- y encontró un trabajo como asistente social. Llevaba una vida ejemplar, lejos del activismo radical de su juventud.
Pero en 2002, el nuevo presidente francés, Jacques Chirac, revierte la política francesa de su antecesor, François Mitterrand, de acoger a los ex activistas de las Brigadas Rojas. Roma entrega una lista en la que figura Petrella y, en 2007, le llega el turno: acude a una comisaría en agosto para responder sobre un accidente de coche que había tenido un año antes y ya no sale. Desde entonces se tramita su extradición, pero ella permanece encarcelada, pese a las peticiones de su defensa.
El primer ministro francés, François Fillon, firmó el decreto de extradición de la ex brigadista hace dos meses, pero la abogada de Petrella la recurrió ante el Consejo de Estado, cuyo dictamen, que aún se espera, no es vinculante, aunque el Gobierno suele esperarlo. La izquierda francesa, incluyendo a Carla Bruni, esposa del presidente Nicolás Sarkozy, se ha movilizado para que no sea entregada, pero en Italia no se la perdona, entre otras cosas porque nunca se ha disculpado o arrepentido. (Agencias)
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