Afrontemos también el presente con el diálogo constructivo, seamos servidores de la cultura del encuentro y promotores del bien común, porque si no todos perdemos, puesto que la cultura del encuentro está cimentada en la visión de la persona como un “ser para el encuentro y para la comunión”.
1. En esta Navidad estamos todos invitados, una vez más, a proclamar a Dios en nuestras vidas, porque: “quien excluye a Dios de su horizonte falsifica la auténtica realidad y termina en caminos equivocados y con recetas destructivas”. Además, porque no existe Navidad sin Jesús.
2. En este contexto, la fe implica un profundo deseo de cambiar el mundo, de transmitir valores, de dejar algo mejor detrás de nuestro paso por la tierra. En esta Navidad, de manera especial, amemos a nuestros familiares y seres queridos con todos sus dramas y cansancios, con sus anhelos y esperanzas, con sus valores y fragilidades, porque son nuestra familia, nuestra casa y todos somos hijos de Dios.
3. Afrontemos también el presente con el diálogo constructivo, seamos servidores de la cultura del encuentro y promotores del bien común, porque si no todos perdemos, puesto que la cultura del encuentro está cimentada en la visión de la persona como un “ser para el encuentro y para la comunión”.
4. En esta Navidad procuremos estar por encima de intereses personales y/o políticos, y defendamos a los más indefensos y necesitados.
5. Estamos profundamente convencidos de que "respetando a la persona y su dignidad se promueve la paz, y de que construyendo la paz se ponen las bases para un auténtico humanismo integral". De este compromiso nadie puede excluirse.
6. El futuro hay que afrontarlo con audacia, confianza y esperanza. Feliz Navidad y mejor año.
+ MIGUEL CABREJOS VIDARTE, O.F.M.
Arzobispo Metropolitano de Trujillo
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