Las calles de Trujillo se han convertido en rutas de la locura por el bullicio de los claxon y vehículos que más parecen discotecas rodantes ¿qué sucede con las personas que conducen vehículos? ¿Por qué tanto tocan claxon? ¡Ya no se puede caminar sin taparse los oídos ante tanto, y muchas veces innecesario, toque de bocina!
Por: Audry Burgos Caramantín
Pensé que era el mejor título que podría ponerle a este artículo, que más que artículo es un llamado a la conciencia (si es que la tuvieran) los “hombres y mujeres del volante”. Cada mañana de todos los días y todo el día es inevitable transitar por las calles de Trujillo que poco queda de la llamada “Ciudad de la eterna Primavera” o menos aún “Ciudad de la Cultura”. Lo que seguirán leyendo, con seguridad, es sólo la punta del hilo que ahorca el silencio de nuestros pensamientos y más aún la tranquilidad de la ciudad. El que diga que lo que leerán no es verdad que levante la mano y diga que miento.
El asunto de este artículo es que las calles de Trujillo se han convertido en rutas de la locura por el bullicio de los claxon y vehículos que más parecen discotecas rodantes ¿qué sucede con las personas que conducen vehículos? ¿Por qué tanto tocan claxon? ¡Ya no se puede caminar sin taparse los oídos ante tanto, y muchas veces innecesario, toque de bocina! Hace un tiempo, no muy lejano, el Servicio de Gestión Ambiental de Trujillo (Segat) lanzó una campaña de promoción, sensibilización, capacitación y fiscalización para minimizar la contaminación acústica en esta ciudad y las principales acciones por efectuarse serían sensibilizar a la policía, conductores, empresarios y a la población sobre los efectos negativos de la contaminación sonora, así como la importancia del marco legal sobre el tema.
¿Por qué no se evidencia algún cambio favorable? ¿Acaso es cuestión de persona, de conciencia, de educación, de moral, de amor? Muchos vimos a niños, adolescentes, jóvenes y adultos que marcharon con el lema: “No al ruido”, hasta se organizaron campañas de prevención en las que se midieron los niveles de sordera en la población afectada por la contaminación sonora, pero insisto ¿Por qué no se evidencia algún cambio favorable? ¿Es cuestión de persona, de conciencia, de educación, de moral, de amor? Señores, la contaminación causa inestabilidad, desorden, daño o malestar tanto en el ecosistema como al ser vivo. La contaminación es siempre una alteración negativa del estado natural del medio, y por lo general, se genera como consecuencia de la actividad humana.
¿Se han dado cuenta que uno está parado(a) tranquilamente en una esquina y sin importar el motivo, los taxistas inician una “guerra de sonido” como si quisieran alocar a la persona? ¡¡¡Por el amor a DIOS!!! ¿Qué les cuesta esperar a que el posible pasajero(a) lo llame? Es demasiado obvio que si uno está parado (a) en la esquina y no levanta la mano para llamar a un taxista es porque NO LO NECESITA ¿verdad? ¿Entonces, por qué “atacarlo” con el claxon? Amigo(a) lector(a), ¿qué está sucediendo con el ser humano? Han pasado los feriados de Semana Santa y quizás han reflexionado sobre el infinito amor que Dios Padre tiene a la humanidad que envió a su único Hijo – Jesús – a morir por nosotros, ¿acaso no podemos mostrar un poquito de AMOR a nuestro PRÓJIMO?
¿Sabe cuáles son los efectos del ruido? Sepan, señores, señoras, jóvenes y señoritas conductores los daños que ocasionan tocar en forma abusiva e innecesaria la bocina:
- Envejecimiento, lesiones en la cabeza y causan daño permanente a la audición.
- Desesperación
- Stress
- Angustia
- Malhumor.
- Insomnio, ataques al corazón, problemas de aprendizaje
- Altera la comunicación.
- Perturba
- Presión alta
Uno de cada 3 ciudadanos sufre de problemas de salud asociados al ruido. Uno de cada 5 reportó tener dificultades para dormir a causa del tráfico, lo cual eleva el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o hipertensión. Por favor, si usted conduce un vehículo, tome en cuenta estos daños y demuestre un poquito de consideración por el peatón. Ceda el paso. Hay avenidas y calles que no tienen semáforos y los peatones (que muchas veces andan apurados porque caminan, a diferencia de usted que va en auto) esperamos minuto a minuto que los choferes nos tomen en cuenta y paren unos segundos para que podamos cruzar la vía.
Evite tocar el claxon si el conductor que está delante de usted no avanza, con seguridad algo o alguien está cruzando. Espere unos segundos y sintonice una buena canción en su radio o simplemente observe a su alrededor. Mírese unos segundos en su espejo, esto lo calmará. Usted amigo(a) lector (a) que conduce un vehículo cambie de comportamiento y si alguna autoridad (municipal, regional, religiosa) lea este artículo contribuya a disminuir la contaminación sonora en Trujillo. Si somos pasajeros y el chofer toca claxon innecesariamente, tomemos cartas en el asunto. Demostremos que somos civilizados, educados y apreciamos la salud y la calidad de vida.
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