Hay que recordar que, según el Tyndall Center de Inglaterra, el Perú es el tercer país más vulnerable al cambio climático después de Bangladesh y Honduras, lo cual significa que la repercusión de los fenómenos hidrometereológicos relacionados al Fenómeno del Niño serán cada vez más extremos y constantes.
Involucrar a las instituciones públicas del gobierno central y de regiones, así como a los municipios con la gestión ambiental y el desarrollo sostenible, a fin de que capaciten a su personal con cursos adecuados sobre el Cambio Climático según sus responsabilidades, es una de las recomendaciones a las que arriba un estudio del Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (Sineace).
El documento técnico, denominado “Oferta Formativa y Demanda Laboral del Personal Técnico y Profesional en Gestión de Riesgos de Desastres y Cambio Climático”, sostiene que la actuación de los funcionarios públicos no debe ser únicamente reactiva, sino que debe contar con profesionales que prevengan los efectos adversos que podría acarrear ese fenómeno.
Hay que recordar que, según el Tyndall Center de Inglaterra, el Perú es el tercer país más vulnerable al cambio climático después de Bangladesh y Honduras, lo cual significa que la repercusión de los fenómenos hidrometereológicos relacionados al Fenómeno del Niño serán cada vez más extremos y constantes. Bajo este posible escenario, no solo se perderían cultivos de maíz, papa y arroz, productos que forman parte de la canasta básica familiar.
También se estima que el 89% de la infraestructura vial del país sufrirá algún tipo de daño por ser altamente vulnerable a los eventos climáticos, además de padecer de escasez de agua, entre otros. Es por ello, que el estudio exploratorio del Sineace, desarrollado en las regiones de Áncash, Ayacucho, La Libertad, Lambayeque, Lima, Tumbes y Ucayali, le aconseja al Estado tener un rol más proactivo y eficiente a través del impulso de las áreas encargadas de la gestión de desastres.
Asimismo, indica que sea guía y soporte de las instituciones formadoras para que prioricen aquellas carreras relacionadas con una probable demanda de disciplinas relacionadas con estos retos ambientales. De igual manera, recomienda fomentar capacitaciones respecto a la gestión del cambio climático para el personal actual en dichas instituciones, sean estos funcionarios, administrativos y docentes, e intercambiar experiencias con instituciones formadoras en otras regiones y países que ya hayan desarrollado el tema.
“De esta manera tendrán una visión más práctica de lo que se necesita desarrollar en su oferta formativa. Esto debería involucrar no solo a universidades, sino también a institutos técnicos y a Centros de Educación Técnico Productivo (Cetpro)”, indica el texto que señala que la demanda de profesionales al 2025 estará dirigida hacia los ingenieros en sus diferentes especialidades.
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