Renovaron sus promesas
de amor a sus compañeros y compañeras de vida, y dieron consejos a jóvenes
parejas. Desde Huancavelica, Ucayali, Piura, Apurímac y Arequipa, usuarios
afirman que cultivar el amor en la tercera edad, es la mejor medicina para
vivir tranquilos y felices.
Amor
es recordarle si tomó su medicina; ayudarlo a caminar; cantarle y leerle, aún
si ya no escucha bien; o rememorar el pasado, aunque lo recuerde poco. Amor es
tenerle paciencia, pero sobre todo, estar a su lado. Así definen este
sentimiento las parejas usuarias del Programa
Nacional de Asistencia Solidaria – Pensión 65 que, con motivo del Día de San Valentín, intercambiaron
enternecedoras muestras de cariño, y dieron consejos a las parejas más jóvenes.
Algunos
usuarios del Programa, quienes a la vez son esposos, guardan consejos “de oro”
para las nuevas parejas, como los huancavelicanos Félix Cahuana (72 años) y Emilia Conislla (70) - con 50 años de
vida en común - quienes además de compartir tareas como el pastoreo, aún
entrecruzan miradas cómplices. “Para quererse, hay que respetarse”, reflexiona
doña Emilia, al responder una pregunta sobre el secreto de un matrimonio
duradero, tras recibir mote de las manos de su esposo.
Mientras
tanto, en Piura, cuarentaicinco años transcurrieron desde que “Mita” o Emma Seminario Nole, respondió con un
“Sí” a Alejandro Flores Adrianzén,
más conocido como “Chumuquito” (zapallito), en la iglesia del centro poblado
“Suena el agua”, en el distrito de Lancones, provincia Sullana. Tuvieron 9
hijos, de los cuales 4 fallecieron y actualmente viven con uno de ellos. “Hemos
durado porque nos queremos, y cuando hay problemas, conversamos”, reflexionan. Al
pedirles un mensaje para los jóvenes, Emma dice: “Que se quieran y respeten;
también a sus hijos”.
A
su vez, Alejandro afirma: “Pórtense bien, den una buena crianza a sus hijos,
para que Dios y la Virgen les den larga vida, y más tarde tengan una
profesión”. “Mita” y “Chumuquito” tienen 12 nietos y 5 biznietos; y aunque
recuerdan el día que construyeron su casita como el momento más feliz de sus
vidas, también dicen que son muy felices los 01 de noviembre, cuando reciben a
la familia para celebrar las “velaciones” o Día de Todos los Santos. Los
esposos expresan que un televisor para ver el Mundial Rusia 2018, es un sueño
que completaría su felicidad.
“Queremos
estar juntos hasta que Dios nos quite la vida”, sostiene finalmente don
Alejandro. Con el paso de los años, los adultos mayores han aprendido a
compartir también la enfermedad, para apoyarse y salir adelante. Es el caso de Ángel Vílchez y Margarita Palomino, quienes nacieron y viven en Piura. “Con tantas
experiencias, ya hemos pasado la prueba de fuego”, manifiesta sonriente
Margarita. Su paisana, Rosa Silupu
Navarro, afirma que el compromiso con su esposo, Juan Palacios Núñez, es total: “estar juntos en las alegrías y en
las penas, en la salud y enfermedad”.
Entre
tanto, los esposos isconahuas Nelita
Rodríguez Campos y Pablo Rodríguez
Sangama, una de las pocas parejas que quedan de esta etnia casi extinta,
señalan que la comprensión es la base de las relaciones duraderas. Viven en el
distrito de Callería, provincia de Coronel Portillo en Ucayali, y desde el año 2013 se
integraron al Programa, convirtiéndose en los primeros miembros de este pueblo
de la Amazonía, en ser incorporados al programa social. Ellos cuentan que han
llegado al amor otoñal compartiendo una serie de penurias y alegrías.
De
joven, él trabajaba en una chacra, tuvieron cuatro hijos, dos de los cuales
murieron y ella debió criar a dos nietos huérfanos. Nelita es una de las
últimas adultas mayores de la etnia isconahua y trabaja para recuperar su
lengua originaria. Vivir rodeados de la naturaleza permite a muchas parejas de
zonas rurales, regalarse además de amor, flores frescas, como es el caso de los
esposos Martín Huaccharaque y Lina Ríos Gutiérrez; y de Juan Rodríguez Marcatoma y Dominga Solís Deza; quienes viven en el
departamento de Apurímac.
Mientras
Martín Huaccharaque expresa que en esta etapa de sus vidas, necesitan
aceptar las arrugas del otro, la sordera, en fin, las pequeñas
manías, Dominga Solís sostiene que “el amor es la mejor medicina para vivir
felices”. Feliciano Llallacachi Uyuquipa
y Simona Laccacta Llacho, también
son un ejemplo de amor y comprensión. La pareja de arequipeños tiene 5
hijos y 12 nietos y definen el matrimonio como “un compromiso y
responsabilidad”.
Así,
en este de Día de San Valentín,
algunos usuarios del programa Pensión 65, recuerdan que sentirse amados y
tener a su lado a la persona que aman, es una bendición de Dios; y por ello,
quisieron compartir pasajes de sus historias y algunos consejos con las nuevas
parejas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario