miércoles, 14 de febrero de 2018

Esposos usuarios de Pensión 65 comparten sus historias

Renovaron sus promesas de amor a sus compañeros y compañeras de vida, y dieron consejos a jóvenes parejas. Desde Huancavelica, Ucayali, Piura, Apurímac y Arequipa, usuarios afirman que cultivar el amor en la tercera edad, es la mejor medicina para vivir tranquilos y felices.

Amor es recordarle si tomó su medicina; ayudarlo a caminar; cantarle y leerle, aún si ya no escucha bien; o rememorar el pasado, aunque lo recuerde poco. Amor es tenerle paciencia, pero sobre todo, estar a su lado. Así definen este sentimiento las parejas usuarias del Programa Nacional de Asistencia Solidaria – Pensión 65 que, con motivo del Día de San Valentín, intercambiaron enternecedoras muestras de cariño, y dieron consejos a las parejas más jóvenes.
  
Algunos usuarios del Programa, quienes a la vez son esposos, guardan consejos “de oro” para las nuevas parejas, como los huancavelicanos Félix  Cahuana (72 años) y Emilia Conislla (70) - con 50 años de vida en común - quienes además de compartir tareas como el pastoreo, aún entrecruzan miradas cómplices. “Para quererse, hay que respetarse”, reflexiona doña Emilia, al responder una pregunta sobre el secreto de un matrimonio duradero, tras recibir mote de las manos de su esposo.
  
Mientras tanto, en Piura, cuarentaicinco años transcurrieron desde que “Mita” o Emma Seminario Nole, respondió con un “Sí” a Alejandro Flores Adrianzén, más conocido como “Chumuquito” (zapallito), en la iglesia del centro poblado “Suena el agua”, en el distrito de Lancones, provincia Sullana. Tuvieron 9 hijos, de los cuales 4 fallecieron y actualmente viven con uno de ellos. “Hemos durado porque nos queremos, y cuando hay problemas, conversamos”, reflexionan. Al pedirles un mensaje para los jóvenes, Emma dice: “Que se quieran y respeten; también a sus hijos”.
A su vez, Alejandro afirma: “Pórtense bien, den una buena crianza a sus hijos, para que Dios y la Virgen les den larga vida, y más tarde tengan una profesión”. “Mita” y “Chumuquito” tienen 12 nietos y 5 biznietos; y aunque recuerdan el día que construyeron su casita como el momento más feliz de sus vidas, también dicen que son muy felices los 01 de noviembre, cuando reciben a la familia para celebrar las “velaciones” o Día de Todos los Santos. Los esposos expresan que un televisor para ver el Mundial Rusia 2018, es un sueño que completaría su felicidad.

“Queremos estar juntos hasta que Dios nos quite la vida”, sostiene finalmente don Alejandro. Con el paso de los años, los adultos mayores han aprendido a compartir también la enfermedad, para apoyarse y salir adelante. Es el caso de Ángel Vílchez y Margarita Palomino, quienes nacieron y viven en Piura. “Con tantas experiencias, ya hemos pasado la prueba de fuego”, manifiesta sonriente Margarita. Su paisana, Rosa Silupu Navarro, afirma que el compromiso con su esposo, Juan Palacios Núñez, es total: “estar juntos en las alegrías y en las penas, en la salud y enfermedad”.   

Entre tanto, los esposos isconahuas Nelita Rodríguez Campos y Pablo Rodríguez Sangama, una de las pocas parejas que quedan de esta etnia casi extinta, señalan que la comprensión es la base de las relaciones duraderas. Viven en el distrito de Callería, provincia de Coronel Portillo en Ucayali, y desde el año 2013 se integraron al Programa, convirtiéndose en los primeros miembros de este pueblo de la Amazonía, en ser incorporados al programa social. Ellos cuentan que han llegado al amor otoñal compartiendo una serie de penurias y alegrías. 
De joven, él trabajaba en una chacra, tuvieron cuatro hijos, dos de los cuales murieron y ella debió criar a dos nietos huérfanos. Nelita es una de las últimas adultas mayores de la etnia isconahua y trabaja para recuperar su lengua originaria. Vivir rodeados de la naturaleza permite a muchas parejas de zonas rurales, regalarse además de amor, flores frescas, como es el caso de los esposos Martín Huaccharaque y Lina Ríos Gutiérrez; y de Juan Rodríguez Marcatoma y Dominga Solís Deza; quienes viven en el departamento de Apurímac.

Mientras Martín Huaccharaque expresa que en esta etapa de sus vidas, necesitan aceptar las arrugas del otro, la sordera, en fin, las pequeñas manías, Dominga Solís sostiene que “el amor es la mejor medicina para vivir felices”. Feliciano Llallacachi Uyuquipa y Simona Laccacta Llacho, también son un ejemplo de amor y comprensión. La pareja de arequipeños tiene 5 hijos y 12 nietos y definen el matrimonio como “un compromiso y responsabilidad”.

Así, en este de Día de San Valentín, algunos usuarios del programa Pensión 65, recuerdan que sentirse amados y tener a su lado a la persona que aman, es una bendición de Dios; y por ello, quisieron compartir pasajes de sus historias y algunos consejos con las nuevas parejas.

No hay comentarios:

Reserva de nombre para persona jurídica se realizará a través del SID Sunarp

Trámite de presentación de documentos ahora será únicamente virtual, sin uso de papel. Esta norma, permitirá dinamizar el tráfico jurídico d...