Falta una Ley de traición a la patria por robo de dinero público

La aplicación de las políticas sociales a favor del pueblo peruano menos favorecido, se ven minimizadas ante la falta de recursos fiscales, que son robados mediante diversas modalidades y los autores utilizan sus cargos bien remunerados para robar y son una verdadera lacra integrada por avezados delincuentes de cuello y corbata.

Por: Amaro Rodríguez Santillán 

Para contener el epidémico latrocino de los dineros públicos, que son sustraídos en los tres niveles de gobierno en el Perú, por quienes en vez de trabajar al servicio de los pueblos, el tiempo lo utilizan para planificar robos de las arcas del Estado en beneficio propio. Estos peruanos que no tienen bandera y no conocen  de moral, se requiere que el Congreso de la República elabore una Ley que califique a este tipo de  delito, como traición a la patria y se aplique un juicio sumario, con sanciones ejemplares y decomisando las propiedades presuntamente adquiridas con dinero público robado.

Seguramente la elaboración de esta Ley por el Congreso de la República tropezaría con la oposición de buen número de congresistas, porque una Ley de esta naturaleza, afecta a sus intereses, por causal para levantar la inmunidad parlamentaria, hoy cómplice de presuntos delitos como partícipes en robos de las arcas fiscales y al final afectaría su libertad y su dudoso patrimonio. Una Ley especial que califique el robo de los recursos públicos como traición a la patria, permitirá a los responsables ser sometidos a un juicio sumario.

Esto significa obviar los procesos dilatorios, que permite a los inculpados seguir gozando de una indebida libertad y el remate de bienes incautados destinarlos a programas sociales. La aplicación de las políticas sociales a favor del pueblo peruano menos favorecido, se ven minimizadas ante la falta de recursos fiscales, que son robados mediante diversas modalidades y los autores utilizan sus cargos bien remunerados para robar y son una verdadera lacra integrada por avezados delincuentes de cuello y corbata.

Con la aplicación de la Ley de traición a la patria estaríamos devolviendo al pueblo que vive en pobreza y extrema pobreza, la fe en la justicia peruana, mercantilizada por algunos nefastos jueces y fiscales, alentado por ofertas de corruptos que pululan en la administración pública y entre inescrupulosos empresarios.