Hay una urgente obligación de coordinación entre los niveles de gobierno para -en nuestro caso- verificar los 13 puntos críticos identificados por la Junta de Usuarios del Valle Santa Catalina el año 2012 con sus respectivas fichas técnica y estudios para ejecutar trabajos de des colmatación, enrocado y otras defensa ribereñas.
La temperatura del medio ambiente se ha tornado inestable y tiende a polarizarse, con ese criterio debemos tener presente que este año 2019 tuvimos una estación de invierno prolongada con mayor descenso de la temperatura, que podría generar un clima más cálido en verano, se evaporen las aguas marinas y generen lluvias intensas.
Ante estas perspectivas lo más atinado es que las autoridades competentes se mantengan alerta ante un probable fenómeno del niño, que incremente extraordinariamente el caudal de los ríos, porque tener un cauce colmatado con ausencia de defensas ribereñas, el desborde de los ríos se torna inminente con graves daños materiales en la agricultura, en la infraestructura de los pueblos ribereños y riesgos para la vida de pobladores aledaños.
Hay una urgente obligación de coordinación entre los niveles de gobierno para -en nuestro caso- verificar los 13 puntos críticos identificados por la Junta de Usuarios del Valle Santa Catalina el año 2012 con sus respectivas fichas técnica y estudios para ejecutar trabajos de des colmatación, enrocado y otras defensa ribereñas.
Seamos firmes en no repetir experiencias pasadas como la del año 2012, cuando la Junta de Usuarios del Valle Santa Catalina elaboró estudios y el Gobierno Central trasfirió para financiar tres obras urgentes la suma de 494 mil soles a través del Proyecto Especial Jequetepeque Zaña (PEJEZA), que exigió a la Junta de Usuarios contratar maquinaria de municipalidades o del gobierno Regional.
Como se recuerda, estas instituciones tuvieron comprometidas esa maquinaria y, al final, los 494 mil soles revirtieron al Estado. Descartemos toda improvisación y fortalezcamos un buen nivel de coordinación inter institucional, por exigirlo así las circunstancias de prevención y de mitigación, en caso de desastres naturales, de esa manera protegemos los cultivos, los puentes, las carreteras, las viviendas y vidas de los campesinos residentes muy cerca a las riberas del río. (Amaro Rodríguez Santillán)
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