Como presidente de la Iniciativa, explicó que un grupo de 12 personalidades efectuó en el año 2001 un trabajo de tres meses y elaboraron un documento que contenía condiciones y lineamientos para la lucha anticorrupción, esa propuesta fue entregada al entonces presidente de transición, Valentín Paniagua, quien ya se encontraba de salida.
El obispo del Callao, monseñor Miguel Irízar, destacó hoy que la jefa de la Oficina Nacional Anticorrupción (ONA), Dra. Carolina Lizárraga, asuma los aportes de la Iniciativa Nacional Anticorrupción elaborados en el 2001 para reforzar la ética pública y prevenir corruptelas en el aparato estatal. Como presidente de la Iniciativa, explicó que un grupo de 12 personalidades efectuó en el año 2001 un trabajo de tres meses y elaboraron un documento que contenía condiciones y lineamientos para la lucha anticorrupción.
Agregó que esa propuesta fue entregada al entonces presidente de transición, Valentín Paniagua Corazao, quien ya se encontraba de salida tras haber cumplido un período de ocho meses en el gobierno. Por ello, Irízar sostuvo reuniones con los entonces candidatos presidenciales Alan García Pérez del Partido Aprista Peruano, y Alejandro Toledo Manrique de Perú Posible, quienes expresaron su respaldo al trabajo desarrollado por la Iniciativa y comprometieron su apoyo, cualquiera que fuera el resultado electoral.
Cuando Toledo obtuvo la Presidencia de la República, dijo que ordenó la creación del Consejo Nacional Anticorrupción y el nombramiento del Zar Anticorrupción, Martín Belaunde, pero lamentó que no hubiera un mayor avance. "Me defraudó porque no se llevó a cabo (…) No se hizo el trabajo que habíamos recomendando", afirmó en Mesa Central de TV Perú. Por ello, el prelado resaltó que ahora la jefa de la ONA anuncie la utilización de ese documento y recomendó que la nueva institución se convierta en un órgano de control y genere un sistema que no sirva sólo para fiscalizar, sino para prevenir y educar en materia de ética pública.
A fin de lograr ese objetivo, consideró necesario que trabaje de una manera coordinada y estrecha con los demás organismos encargados de prevenir y contrarrestar la corrupción. "Y lo primero en tomar en cuenta, es que Carolina Lizárraga necesita una total autonomía de su persona y de la Oficina (…) También es necesaria la voluntad decidida de los actores políticos y sociales", refirió.
De igual manera, sostuvo que es fundamental "un acceso fácil" para los ciudadanos, un lugar para que la población pueda canalizar sus denuncias y así la ONA evalúe si tiene fundamento, sobretodo de gente que tiene cargos altos. "Creo que su función es fundamentalmente concientizadora, de vigilancia permanente, la que hace propuestas concretas para crear una escuela de ética e impulsar la transparencia que es fundamental", acotó.
Agregó que esa propuesta fue entregada al entonces presidente de transición, Valentín Paniagua Corazao, quien ya se encontraba de salida tras haber cumplido un período de ocho meses en el gobierno. Por ello, Irízar sostuvo reuniones con los entonces candidatos presidenciales Alan García Pérez del Partido Aprista Peruano, y Alejandro Toledo Manrique de Perú Posible, quienes expresaron su respaldo al trabajo desarrollado por la Iniciativa y comprometieron su apoyo, cualquiera que fuera el resultado electoral.
Cuando Toledo obtuvo la Presidencia de la República, dijo que ordenó la creación del Consejo Nacional Anticorrupción y el nombramiento del Zar Anticorrupción, Martín Belaunde, pero lamentó que no hubiera un mayor avance. "Me defraudó porque no se llevó a cabo (…) No se hizo el trabajo que habíamos recomendando", afirmó en Mesa Central de TV Perú. Por ello, el prelado resaltó que ahora la jefa de la ONA anuncie la utilización de ese documento y recomendó que la nueva institución se convierta en un órgano de control y genere un sistema que no sirva sólo para fiscalizar, sino para prevenir y educar en materia de ética pública.
A fin de lograr ese objetivo, consideró necesario que trabaje de una manera coordinada y estrecha con los demás organismos encargados de prevenir y contrarrestar la corrupción. "Y lo primero en tomar en cuenta, es que Carolina Lizárraga necesita una total autonomía de su persona y de la Oficina (…) También es necesaria la voluntad decidida de los actores políticos y sociales", refirió.
De igual manera, sostuvo que es fundamental "un acceso fácil" para los ciudadanos, un lugar para que la población pueda canalizar sus denuncias y así la ONA evalúe si tiene fundamento, sobretodo de gente que tiene cargos altos. "Creo que su función es fundamentalmente concientizadora, de vigilancia permanente, la que hace propuestas concretas para crear una escuela de ética e impulsar la transparencia que es fundamental", acotó.
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