Chavimochic es orgullo del Perú y el anhelo latente por ver culminada su tercera etapa; pero a veces tapamos nuestra visión con una venda que nos impide ver lo que nuestros antepasados trazaron como ruta a seguir.Por: Ing. José M. Oliden Quiroz (*)
Tenemos un alto porcentaje de agua en nuestro ser que, sin él, la vida no continuaría. Y es momento que decidamos y actuemos. Todas las generaciones se han hecho un rompecabezas ante el problema del agua, el que hoy es más evidente, a pesar de la tecnología; con mayor razón por el fenómeno del calentamiento global y la escasez de agua a nivel mundial, que nos pone en un angustioso desafío con consecuencias impredecibles. Es tiempo de que nuestras autoridades, instituciones y público en general tomen conciencia y revisen la historia de nuestros antepasados, los que lograron hacer grandes obras de irrigación.
Esta herencia deberá de complementarse con la construcción de represas, las que, en el futuro, serán base para la sobrevivencia de nuestras poblaciones y conservación del equilibrio ecológico en nuestro valle. Esta solución siempre la hemos tenido al alcance, como a Dios la humanidad. Chavimochic es orgullo del Perú y el anhelo latente por ver culminada su tercera etapa; pero a veces tapamos nuestra visión con una venda que nos impide ver lo que nuestros antepasados trazaron como ruta a seguir. Transcribo el proyecto de la tercera etapa, no con el fin de atrasarlo, sino de mejorarlo.
Chavimochic III etapa costaría $ 1,000 millones de dólares para mejorar 50,000 Has. e irrigar 20,000 Has. de tierras nuevas. Pero el eje del proyecto pasaría por la parte alta de Trujillo, en el sector del Milagro, donde se regaría 2,400 Has. nuevas, en lo que es actualmente el relleno sanitario. Esto contaminaría el acuífero de la ciudad de Trujillo y destruiría a Chan Chan irremediablemente con el nivel freático, pues la ciudad de Trujillo y Chan Chan no son chacras para abrir drenajes. Por ello concita gran interés una nueva alternativa, expuesta al directorio de Chavimochic en mayo del 2007, donde se trasvasaría el agua del río Santa al Valle de Chicama por un túnel de 36 Km., a un costo de $ 400 millones menos que el proyecto original, y regaría 20,000 Has. más.El canal se recortaría en 30 Km., llegando a una cota más alta en el valle de Chicama y empalmándose con los canales existentes; recortando el tiempo de ejecución en dos años menos que el proyecto original. Y para sorpresa los antepasados trasvasaron agua del valle de Chicama, al valle de Moche, con el canal intervalle Cumbre. Pero tengo una duda y deseo compartirla, relacionada con el fenómeno del calentamiento global y la escasez de agua a nivel mundial. ¿Será suficiente el caudal del rió Santa para la tercera etapa de Chavimochic?... Lo tenemos claro por escrito, ¿o son sólo palabras que buscan quedar bien con un anhelo?
Y esto se debe a ese defecto heredado de que, cuando se presenta el problema, recién buscamos la solución. ¿Y la planificación? Acaso todo el tiempo no hemos tenido agua en el valle de Chicama, y nunca la hemos ahorrado. Las represas de Ascope costarían $ 300 millones de dólares, captando 310 millones de m3 de agua para irrigar la misma extensión de la tercera etapa de Chavimochic. La obra se autofinanciaría con la generación de energía y permitiría ahorrar agua para la vida que da vida y, al mismo tiempo, aseguraría el futuro de muchas generaciones.Creando 150,000 puestos de trabajo. Por eso, es hora de aprender de nuestros antepasados, los que fueron capaces de hacer obras con más grandeza que las pirámides de Egipto o la muralla China, pues estas fueron realizadas por esclavos, mientras nuestras obras se realizaron por el amor sublime al agua y a la madre tierra que eran sagradas. Que la historia y Dios nos juzgué por las obras que hicimos y por las que no realizamos. LQQD. (Documento basada en los libros “El Mañana de Chan Chan”, “Las Represas de Ascope” y “Los Canales de los Antepasados” de Steve Michael Oliden Angulo, felicitado por UNESCO).
(*) Presidente Fundacion Femas - femas2008@yahoo.es c/044 9463513
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