Invadieron las calles con sus voces juveniles incansables, con la razón en sus protestas, batiéndose a pecho abierto con esa policía violenta y abusiva convertida en el arma de un payaso como ministro del Interior, en el brazo armado de un gobierno sin credibilidad que se ahoga en un mar de denuncias por corrupción.
Por: Ramón Requena Guerrero
Era un sentimiento guardado, una rabia contenida, la vergüenza por haberle dado el voto que lo convirtió en presidente sin merecerlo, hasta que tocaron su orgullo, violaron sus derechos y les dieron palo por opinar, entonces salieron a las calles, como ellos saben hacerlo, vía redes sociales, una convocatoria masiva que hace años no veíamos, impronta, natural, espontánea, que ya quisieran tener los partidos políticos desprestigiados y traidores de la voluntad popular.
Invadieron las calles con sus voces juveniles incansables, con la razón en sus protestas, batiéndose a pecho abierto con esa policía violenta y abusiva convertida en el arma de un payaso como ministro del Interior, en el brazo armado de un gobierno sin credibilidad que se ahoga en un mar de denuncias por corrupción, contra todo eso nuestros jóvenes enfrentan sus inciertos destinos, sacando cara por un país adormecido por la crisis y sus miserias.
Gritándole a la prensa y a los empresarios que no son el “cholo barato” que ellos esperaban contratar, vociferando que la ley de la explotación juvenil tiene que ser derogada, borrada de la historia negra de la política que ha contribuido a ponernos en este estado de emergencia que vive el Perú .. ya van dos marchas contundentes contra el gobierno, ¿cuántas más hacen falta para que caiga éste gobierno?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario