Hubiese sido de mayor impacto con mayor rédito político para el Ejecutivo, de acuerdo a norma constitucional por no cumplir con el voto de confianza, disolver el Congreso de la República y convocar a nuevas elecciones para Presidente de la República y congresistas.
Por: Amaro Rodríguez Santillán
El anuncio hecho por el Presidente de la República, Martin Vizcarra Cornejo, durante el mensaje presidencial de fiestas patrias, apoyado mayoritariamente por el pueblo, que pide el cierre del Congreso de la República, tras experimentar un trabajo obstruccionista y avalador de la corrupción, cogió con los “pantalones abajo” a la clase política. La mayoría de congresistas no respondió al voto de confianza dado al Poder Ejecutivo para aprobar reformas constitucionales orientadas a mejorar la gobernabilidad, con normas que eviten una labor obstruccionista del Congreso y faciliten la lucha frontal contra la corrupción, avalada hoy por congresistas de la misma calaña.
Hubiese sido de mayor impacto con mayor rédito político para el Ejecutivo, de acuerdo a norma constitucional por no cumplir con el voto de confianza, disolver el Congreso de la República y convocar a nuevas elecciones para Presidente de la República y congresistas. Sin embargo, para echar elegantemente a los congresistas de sus curules, el Presidente optó por un adelanto de elecciones mediante reforma constitucional, que aprobaría el Congreso que tiene otro intereses y solo se les da vela en este entierro para seguir el cauce democrático, esperamos el trabajo de congresistas que recortan un año en sus funciones.
Los congresistas de la mayoría confiaron que el Presidente de la República se aferraría al cargo y no disolvería el Congreso, esa confianza de la clase política, que solo activa a los partidos políticos, en vísperas de elecciones, en especial a líderes de agrupaciones políticas regionales, los sorprendió así con los pantalones abajo. Los partidos tradicionales atraviesan hoy un mal momento espacialmente el PAP, y Fuerza Popular, este último con una adhesión ciudadana muy mermada, por el protagonismo con sesgo delictivo de su lideresa Keiko Fujimori y de integrantes de la cúpula partidaria. Ellos solo tendrían una preferencia del electorado nacional estimada en no mayor del 15%.
El procedimiento democrático para adelantar las elecciones, castiga la soberbia y malas prácticas de los congresistas y en aras del interés nacional, el Presidente Martín Vizcarra sacrifica su mandato en un año y arrastra a la mayoría de parlamentarios indignos a la confianza del electorado. No se puede negar que la incertidumbre política, traería algunos daños al desarrollo económico, pero siempre sería menor a los generados por el actual enfrentamiento de Poderes, sobre todo por la conducta censurable de la mayoría parlamentaria, que les gustaría continuar lucrando con el dinero público.
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