Por su parte, en cada conmemoración, el gobierno establece la cantidad que debe otorgarse a los servidores estatales. En estos casos, la cifra no pasa de los doscientos soles. Sin embargo, existen sectores dependientes del aparato gubernamental cuya gratificación equivale a una remuneración mensual.
Por: Freddy Gálvez Delgado
Julio en el Perú, es el mes de la Patria. Porque el 28 de este mes, en 1821, se declaró nuestra Independencia. Con ese motivo, al igual que en navidad, todos, o casi todos los trabajadores del Perú reciben una gratificación. Las empresas y entidades particulares otorgan ese beneficio a sus trabajadores según sus rangos de producción e ingresos.
Por su parte, en cada conmemoración, el gobierno establece la cantidad que debe otorgarse a los servidores estatales. En estos casos, la cifra no pasa de los doscientos soles. Sin embargo, existen sectores dependientes del aparato gubernamental cuya gratificación equivale a una remuneración mensual. Muchos de ellos han sido nombrados por el gobierno.
Pero a lado de estos funcionarios figuran los congresistas, quienes en mérito al sistema democrático, han sido ungidos en el cargo por votación popular. Ellos en el Mes de la Patria cobrarán su sueldo normal con el adicional de una remuneración completa por concepto de gratificación. Mientras el beneficio que perciben supera los treinta mil soles, los demás trabajadores tendrán que contentarse con doscientos.
Los parlamentarios con apenas cinco años, de buen o mal desempeño, tienen derecho a una compensación por tiempo de servicios que bordea los cien mil soles. Si esto se compara a los pensionistas que perciben menos de mil soles, con gratificación y todo, se verificará la abismal diferencia. Lo censurable es que esa caótica situación, en cuanto a compensaciones económicas, jamás se analiza en el parlamento lo que significa que continuará sin modificarse por el resto de los años.
Creemos, igualmente, que el salario del presidente, ministros y congresistas debe establecerse en función del sueldo mínimo vital y en moneda peruana. En esa forma se evitará que el mandatario se fije, por sí mismo, una cantidad exorbitante y en dólares, como ocurrió en la anterior gestión. Todo esto es malo. Muy malo para un pueblo pujante y siempre relegado como el nuestro que trabaja en todos los frentes por el progreso del país.
Si consideramos que la democracia, que tanto se pregona, es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo ¿por qué no actuar en función de ella y en julio se otorga una cantidad equitativa a todos los servidores…? Frente a esta decepcionante realidad, lo único que queda en el Perú es preguntarse una y mil veces: ¿Y dónde está la bendita democracia…?
Por: Freddy Gálvez Delgado
Julio en el Perú, es el mes de la Patria. Porque el 28 de este mes, en 1821, se declaró nuestra Independencia. Con ese motivo, al igual que en navidad, todos, o casi todos los trabajadores del Perú reciben una gratificación. Las empresas y entidades particulares otorgan ese beneficio a sus trabajadores según sus rangos de producción e ingresos.
Por su parte, en cada conmemoración, el gobierno establece la cantidad que debe otorgarse a los servidores estatales. En estos casos, la cifra no pasa de los doscientos soles. Sin embargo, existen sectores dependientes del aparato gubernamental cuya gratificación equivale a una remuneración mensual. Muchos de ellos han sido nombrados por el gobierno.
Pero a lado de estos funcionarios figuran los congresistas, quienes en mérito al sistema democrático, han sido ungidos en el cargo por votación popular. Ellos en el Mes de la Patria cobrarán su sueldo normal con el adicional de una remuneración completa por concepto de gratificación. Mientras el beneficio que perciben supera los treinta mil soles, los demás trabajadores tendrán que contentarse con doscientos.
Los parlamentarios con apenas cinco años, de buen o mal desempeño, tienen derecho a una compensación por tiempo de servicios que bordea los cien mil soles. Si esto se compara a los pensionistas que perciben menos de mil soles, con gratificación y todo, se verificará la abismal diferencia. Lo censurable es que esa caótica situación, en cuanto a compensaciones económicas, jamás se analiza en el parlamento lo que significa que continuará sin modificarse por el resto de los años.
Creemos, igualmente, que el salario del presidente, ministros y congresistas debe establecerse en función del sueldo mínimo vital y en moneda peruana. En esa forma se evitará que el mandatario se fije, por sí mismo, una cantidad exorbitante y en dólares, como ocurrió en la anterior gestión. Todo esto es malo. Muy malo para un pueblo pujante y siempre relegado como el nuestro que trabaja en todos los frentes por el progreso del país.
Si consideramos que la democracia, que tanto se pregona, es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo ¿por qué no actuar en función de ella y en julio se otorga una cantidad equitativa a todos los servidores…? Frente a esta decepcionante realidad, lo único que queda en el Perú es preguntarse una y mil veces: ¿Y dónde está la bendita democracia…?
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