martes, 2 de marzo de 2010

TRAS CUERNOS, PALOS

Sus constantes viajes fuera de la ciudad; la soberbia con la que gobierna; el echar la culpa a otros de todo lo que sucede; la “sobre protección” a sus funcionarios ante las denuncias que ya existían, ha traído estas consecuencias. El acoso sexual y las malas obras ya eran conocidas y no hicieron nada para corregirlo.

Por: Enrique Benites Delgado

Así reza el dicho popular cuando sobre la mala suerte o la desgracia de una persona, le sobrevienen otras desgracias. En estos últimos días, al pobre alcalde de la ciudad le ha llovido fuerte, en todo el sentido de la palabra. Primero la denuncia de su esposa sobre supuestos “lavado de activos” que estaría incurriendo don César Acuña con los dineros ingresados a la universidad que dirige; segundo la millonaria y escandalosa estafa que fue la pavimentación de las pistas en varias partes de nuestra ciudad.

Luego el escándalo suscitado por el Subgerente de Seguridad Ciudadana encontrado en un bochornoso espectáculo sexual realizado en las mismas oficinas de la Municipalidad, con una servidora que padece de parálisis de medio cuerpo, y descubierto y denunciado por unas servidoras de la misma oficina. Su separación fue inmediata, no se podía sostener ni un día más tamaño escándalo.

Pero no quedó allí, dicen las malas lenguas que tiró dedo al propio Gerente de Seguridad Ciudadana, quien también tendría relaciones amorosas con otra servidora de esa misma oficina. ¡Fuera! también fue la orden. ¿Se imaginan ustedes en manos de quienes hemos tenido nuestra seguridad? Pero ¿Quién tiene la culpa de todo este desorden que existe al interior de la otrora Honorable Municipalidad de Trujillo? El propio Alcalde. Nadie más.

Sus constantes viajes fuera de la ciudad; la soberbia con la que gobierna; el echar la culpa a otros de todo lo que sucede; la “sobre protección” a sus funcionarios ante las denuncias que ya existían, ha traído estas consecuencias. El acoso sexual y las malas obras ya eran conocidas y no hicieron nada para corregirlo. Como dijera el regidor Daniel Salaverry ¿Es esto el gran cambio? Muchos ciudadanos dicen ahora: ¡Cómo nos equivocamos! ¡Qué desgracia!

¿Saben ustedes cuántos “cambios” a realizado Acuña en Seguridad Ciudadana? Más de cinco, en tres años. Unos duraron apenas dos días, otros unos meses nada más. ¿Se puede lograr seguridad con tantos cambios de funcionarios? Y no solo en esa dependencia, también la de obras ha tenido más de cuatro cambios, todos por ineficientes o por irregularidades en sus gestiones. No sigo con las demás áreas porque es lo mismo.

El Alcalde no puede lavarse las manos como lo hiciera en un programa radial: “En La Mira” diciendo: “tengo buenas intenciones pero mis funcionarios me hacen quedar mal”. Aunque usted no lo crea, así dijo. A lo que fue preguntado por un ciudadano ¿Quién coloca a los funcionarios? ¿No es usted? ¿Entonces de quién es la culpa? ¿Se imaginan ustedes de llegar a la presidencia del Perú? ¡Dios, que sería de nuestra patria!

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