lunes, 5 de septiembre de 2011

CHAVIMOCHIC ORGANIZÓ CAMPAÑA MÉDICA GRATUITA EN SAN JOSÉ

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“Nuestro deber como profesionales de la salud es practicar la salud preventiva”, sostiene Karla Espinoza, mientras que el funcionario regional afirma que al tener larga data y convivencia el proyecto con los pueblos de Virú, es necesario ayudar a resolver sus problemas.

Un nuevo enfoque de las relaciones corporativas de apoyo a comunidades se intensifica en nuestro medio; no se trata sólo de entidades privadas que se vinculan a los pueblos sino también entidades gubernamentales brindan  apoyo para mejorar las condiciones de vida en sectores rurales de nuestro medio. La Región La Libertad a través del Proyecto Especial Chavimochic y la Escuela de Medicina Humana de la Universidad Privada Antenor Orrego (UPAO), brindaron una Campaña Médica de Salud Integral gratuita a la comunidad de San José en el valle de Virú de casi 8 mil habitantes.

Más de un centenar de profesionales en medicina general, odontología, ginecología, laboratoristas, químicos, sicólogos, farmacéuticos, veterinarios, nutricionistas, hasta profesoras de educación brindaron un show infantil a los niños, el arribo del contingente a primeras horas de la mañana, llamó la atención de la apacible comunidad de San José. Hay de todas las sangres como diría Arguedas: gente migrante de Cajamarca, Huamanchuco, Santiago de Chuco, Jaén, Piura, Lambayeque, Ica, Amazonas, que atraídos por el boom de la agroindustria, se establecen  en la zona en pos de un puesto de trabajo.

Sin embargo, la realidad es diferente, las necesidades de educación, vivienda, y de salud se multiplican, con ello los enfermedades cuya prevalecencia son diarreicas, respiratorias y dermatológicas, por falta de servicios básicos de agua y alcantarillado, generan preocupación en la población. “Energía eléctrica nos da el Proyecto Chavimochic”, dice Roberto, un joven dueño de cabinas de internet al tiempo que pide a su esposa María cuidar el negocio mientras lleva a  su menor hija a ser atendida por los médicos.

Jorge Silva, es director del comité de atención de salud y Karla Espinoza, presidente de la sociedad  científica de estudiantes de medicina de la UPAO que unieron sinergias con la oficina de Relaciones Pública se Chavimochic, a cargo el Lic. Humberto Landeras Silva, para organizar la campaña médica integral que recibe elogios de las autoridades de la comunidad. “Nuestro deber como profesionales de la salud es practicar la salud preventiva”, sostiene Karla, mientras que el funcionario regional afirma que al tener larga data y convivencia el proyecto con los pueblos de Virú, es necesario ayudar a resolver sus problemas.
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Saúl Grauss, es director el colegio nacional San José, sin reparos afirma que es primera vez que una actividad e salud integral se realiza en la zona que sufre la indiferencia de las autoridades. “La población extrae agua de un pozo propiedad del señor Manolo Desposorio Mendocilla por el que pagan 10 nuevos soles, los particulares venden el tanque a 4 soles, lo grave es que está contaminada según el MINSA y las empresas agroindustriales no nos ayudan”, dice por su parte Susana Pulido Rodríguez una viruñera de 83 años que forma su cola para que atiendan sus dolores a las “canillas” y riñones que le impiden caminar.

Mientras recorrimos los ambientes del colegio descubrimos males físicos y también sicológicos, como el caso de Carlos García Blas, un veterano agricultor de 79 años, con 8 hijos, 16 nietos y 15 bisnietos, que se emplea en faenas agrícolas por una paga de 15 nuevos soles diarios, después de ser propietario de 11 hectáreas estafado en el 2001 por la empresa Proagro conducida el recordado ex ministro Guido Pennano. “Pagué el préstamo de $7,000 con intereses, sin embargo un banco remató mi chacra porque los vivos no pagaron los US$14,500 que entregué ejecutando la garantía de mi parcela en San Carlos Bajo Chao”, recuerda.

Una asistente le indica su turno de atención “tengo dolores en el cuello, no oigo y me dueles mis “mondongos, nos dice cuando lo vemos alejarse rengueando. Es casi mediodía, las colas de pacientes se incrementan, en el interior del local educativo, las aulas se han convertido en un verdadero hospital; luego de recibir el ticket de atención, el paciente pasa a admisión, una enfermera apertura su historia clínica, en triaje adulto y pediátrico, toman la presión, los pesan y miden; los médicos, en consultorios, si el caso no es delicado autorizan  a farmacia entregar medicinas gratuitas.

Caso contrario los laboratoristas sacan muestras de sangre (glucosa, triglicéridos, colesterol) diagnostican y emiten un tratamiento; las mujeres en un ambiente acondicionado, son sometidas a examen de Papanicolau, odontólogos extraen piezas dentales, realizan curaciones y profilaxis dental a los pacientes, que al retirarse levantan los dedos en señal de victoria y agradecimiento. Las mascotas no se quedan atrás: Randy Iglesias médico veterinario con ayuda de practicantes prodigan mimos a los canes mientras les inyectan vacunas antirrábicas y vitaminas.

Los niños sorprendidos lloran y sonríen luego de  ver que sus animalitos no murieron, y cuentan con tarjetas e vacunación e identificación del can para futuras campañas. Y así pasó un día e ajetreos médicos, de tareas organizativas para mejorar la salud en una comunidad ancestral de Virú. Los médicos, enfermeras, asistentes, se alistan para regresar, antes habrán degustado un sabroso cabrito viruñero con la satisfacción del deber cumplido. 

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