Desde
septiembre del 2009 hasta el 22 de septiembre del 2010, la agraviada venía
siendo víctima de tocamientos indebidos por parte del procesado, quien
aprovechaba que la madre de la menor salía de su domicilio ubicado en Av. Túpac
Amaru, sector VII del distrito El Milagro, a trabajar al mercado La Hermelinda.
La Dra. Niccy
Valencia Llerena, de la Tercera FiscalíaLa
Libertad.
Desde septiembre del 2009 hasta el 22 de
septiembre del 2010, la agraviada venía siendo víctima de tocamientos indebidos
por parte del procesado, quien aprovechaba que la madre de la menor salía de su
domicilio ubicado en Av. Túpac Amaru, sector VII del distrito El Milagro, a trabajar al mercado La Hermelinda en horas de
la madrugada para ingresar ha cometer dicho delito.
El, hoy, sentenciado se servía de una llave
duplicada de la vivienda de la menor agraviada ya que éste antes había vivido
allí con su esposa, ingresaba y empezaba a tocarle las piernas, sus partes
íntimas, intentando besarla a la fuerza y, posteriormente, la amenazaba con
golpearla si es que contaba lo sucedido a su madre. El hecho venía repitiéndose
por lo que la menor optó por dormir con un palo cerca para defenderse del
investigado.
Es el 24 de septiembre del 2010, que doña Carmen Rosa Calua Quiróz, madre de la menor, descubre al acusado en
circunstancias que se quedó cuidando a la más pequeña de sus hijas, entonces
siente que abren la puerta de su vivienda y entran al dormitorio, entonces
enciende la linterna de su celular e identifica al acusado, quien es, a la vez,
esposo de su hermana. La representante del Ministerio
Público de Trujillo expuso los elementos de convicción que confirmaban el
delito por lo que el Juzgado Colegiado resolvió la citada sentencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario