Luis
Paredes Pinillos, dirigente social trujillano y “filósofo” del comercio
informal. Hasta ahora vive al tanto de la realidad social y política del Perú. Inclusive
colaboró con el economista Hernando de Soto en la elaboración del libro “El
otro sendero” en la década del ochenta.
Texto y
fotos:
Nivardo Córdova Salinas
Luis
Paredes Pinillos
nació en Trujillo el año de 1936, exactamente en la calle Pedro Muñiz, cerca al
Club Libertad. Cuando nació se
dieron los cruentos hechos de la “Revolución
de Trujillo” que terminaron en una de las masacres feroces contra población
civil. De niño sus padres emigraron a la ciudad de Lima, donde estudió en el
colegio Ricardo Bentín en el Rímac.
Debido a la crisis económica él también fue vendedor ambulante, pero debido a
su interés en estudiar la realidad peruana desde joven se preocupó en pensar y
leer. Años después se convirtió en un dirigente de los comerciantes ambulantes.
Hasta ahora vive al tanto de la realidad
social y política del Perú. Paredes Pinillos es el fundador del Frente Amplio de Representación del
Trabajador Autónomo Ambulatorio (FARTAA) y es -sin duda- quien más conoce
sobre el tema de la informalidad en el Perú. Inclusive colaboró con el
economista Hernando de Soto en la
elaboración del libro “El otro sendero”
en la década del ochenta, que justamente aborda el fenómeno del comercio
informal en nuestro país y que ha sido el motor del resurgimiento de la
economía peruana. Lo visitamos en su casa, cerca de la Plaza Dos de Mayo, junto
a una feria artesanal.
Vive con modestia, dignamente, leyendo todo
lo que llega a sus manos y alerta a lo que sucede. De cajón, la conversación
empieza con anécdotas de su infancia trujillana. “Mis padres fueron apristas,
pero yo me considero un librepensador. Me acuerdo que de niño, como todo
pequeño, yo era muy travieso. Un día había una reunión secreta de los dirigentes
apristas en mi casa y yo interrumpía con
mis travesuras. Mi madre jamás me castigó, pero ese día yo estaba haciendo
tanta indisciplina, que recuerdo que la saqué de quicio, me cogió el chicote y
dijo: Por Dios, por la patria, y por Víctor
Raúl Haya de la Torre. Y me metió una zurrada que fue santo remedio”,
recuerda entre risas.
Informalidad
y desarrollo
“El Perú actualmente vive cierta estabilidad
económica. Hay que reconocer que el país ha mejorado, pese a los desaciertos de
los últimos gobiernos. Sin embargo ante la constante presencia de conflictos
sociales debemos señalar que en el Perú tiene un serio problema de
incomprensión social”, declaró Paredes Pinillos. El dirigente nacional
manifestó que “el Estado y sus ayayeros y todos los que manejan ´lobbies´ lejos
de participar en la solución son parte del problema, porque no hay voluntad
política sino ambiciones políticas”. Precisamente recordó que ante la crisis
económica imperante en la década del ochenta,
se consolidó el fenómeno de los vendedores ambulantes.
“El ambulantismo o comercio informal, es un
fenómeno social. Las personas desocupadas, antes que delinquir o prostituirse
salen a las calles a trabajar, pero en vez de comprensión solo hallan represión”,
afirmó. Paredes dijo que ese problema no fue comprendido por las autoridades ni
los economistas, con algunas excepciones como Hernando de Soto, que por su
revaloración de la informalidad como una potencia para el desarrollo
posteriormente llegó a ser candidato al Premio
Nobel de Economía.
“Al señor Hernando de Soto lo conocí cuando
iba a realizar un simposio sobre economía y mercado e invitó a los dirigentes
del comercio ambulatorio a hablar sobre ese tema. Los ambulantes, sin haber ido
a la universidad, ya habíamos comenzado a haber una economía de mercado más
práctica y objetiva”, afirmó. En ese entonces, economistas y políticos como Enrique Ghersi, Carlos Boloña, Mario
Ghibellini, entre otros, trataban de difundir las ideas del liberalismo económico,
que tenía en el comercio informal a sus principales exponentes.
Paredes recordó que en esa época el sistema
económico imperante se caracterizaba por un control permanente del Estado en la
actividad económica, donde el gobierno incluso imponía los precios de los
productos básicos y los principales servicios, mientras el mundo avanzaba hacia
la economía liberal, que era vista con escepticismo. Sin embargo dijo que uno
de los aportes de los comerciantes ambulantes fue desarrollar una economía de
libre competencia y mercado, donde el precio se rige por la ley de la oferta y
la demanda, sin intervención del Estado.
Es decir, los ambulantes fueron un colchón
social para paliar la crisis económica y dar una nueva alternativa para el
desarrollo del Perú. Tiempo después, en la década de los noventa el gobierno de
Alberto Fujimori impulsó la economía
de libre mercado, o sea la economía neoliberal, y que según los expertos fue
determinante para que el Perú superara la hiperinflación, el desempleo y la
escasez de alimentos, para abrir camino a un nuevo panorama. Ese mismo sistema
continuaron los regímenes de Alejandro
Toledo, Alan García y ahora Ollanta Humala, con un enfoque más
social.
Acotó que la informalidad tiene un lado
positivo pero también un lado negativo, porque muchas veces abre las puertas a
la corrupción. “Informalidad no solo se ve en los sectores marginales sino
también en la organización del Estado y eso es muy peligroso”, dijo. Más
adelante dijo que la situación del ambulante ha cambiado como producto de su
trabajo y su esfuerzo, y ahora se han formalizado. “Eso les da ahora la ventaja
de ser sujetos de crédito de las entidades financieras”, recalcó.
Para mejorar la situación de los informales
que existen en la actualidad, Paredes recomendó que el Estado y las
Municipalidades deben poner a disposición del pueblo los grandes terrenos
abandonados que tienen. “Deben ser dados en concesión o en venta para que los
ambulantes puedan desarrollarse formalmente”. A través de esta entrevista
Paredes dio un mensaje a los emprendedores: “No comentan el error de dejar a
sus hijos las calles como herencia. Organícense para poder formalizarse, porque
así tendrán un mejor futuro”, dijo. (NCS).
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