En prominente estudio participaron varios hospitales e investigadores de todo el mundo, algunos de ellos peruanos, dirigidos por la Universidad de Londres, como parte de una iniciativa verdaderamente global. Entre estos investigadores, encontramos al Dr. José Caballero Alvarado, profesor de Cirugía de la Universidad Privada Antenor Orrego (UPAO).
Investigadores señalan que un tratamiento económico para una enfermedad que mata más personas en un año que el VIH/SIDA, la malaria y la tuberculosis juntas, está siendo ignorado por las organizaciones de salud global, se trata del trauma, es decir aquellas lesiones provocadas por agresiones por arma de fuego o arma blanca, traumatismos asociados al tránsito, caídas de altura, entre otras, cuyo denominador común es la hemorragia que puede llegar a ser significativa provocando riesgo elevado de muerte. Un estudio publicado en el 2010 (conocido como el estudio CRASH-2) encontró que el ácido tranexámico reduce en un tercio el riesgo de muerte en pacientes con hemorragia producida por trauma.
En este prominente estudio participaron varios hospitales e investigadores de todo el mundo, algunos de ellos peruanos, dirigidos por la Universidad de Londres, como parte de una iniciativa verdaderamente global. Entre estos connotados investigadores, encontramos al Dr. José Caballero Alvarado, profesor de Cirugía de la Universidad Privada Antenor Orrego, él y sus colegas que participaron en el estudio en todo el mundo, señalan que la respuesta de la Organización Mundial de la Salud, Naciones Unidas, Banco Mundial y Unicef “ha sido demasiado floja o ausente”.
Si a nivel mundial los pacientes con hemorragia producida por trauma admitidos al hospital recibieran ácido tranexámico dentro de las 3 horas desde ocurrido el evento, se podrían evitar por lo menos 100 mil muertes al año como consecuencia de un traumatismo. El tratamiento resulta más económico que el tratamiento anti-retroviral para el VIH, y casi tan económico como los mosquiteros utilizados para la prevención de la malaria. Un uso más extendido del ácido tranexámico en cirugía también ahorraría sangre y sería una alternativa más segura que las transfusiones de sangre.
El ácido tranexámico ha sido agregado a la lista de medicamentos esenciales de la Organización Mundial de la Salud y, sin embargo, el Dr. Caballero y sus colegas sostienen que no ha habido aún ninguna acción concreta para lograr que el tratamiento esté libremente disponible a todos aquellos que lo necesiten. “El estudio CRASH-2 fue posible únicamente gracias a que centenares de médicos y enfermeras en 40 países trabajaron juntos en reclutar los 20,211 pacientes para el ensayo clínico, de los cuales 3,076 murieron, convirtiendo de esta manera una tragedia individual en un bien público que debería ahora ser utilizado para informar la política global”, sostienen los expertos.
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