Durante el reciente 18º Encuentro Nacional de Prensa, organizado por Ciudadanos al Día (CAD) desarrollado en la Capital de la República, tuvimos la oportunidad de ser testigos de esta pugna de poder (por decirlo de alguna manera) por parte de estos dos grupos editoriales, y este es nuestro modesto punto de vista.
Por: José Alayo Chinchayán.
Como era de esperarse, los ejecutivos del Grupo El Comercio, encabezados por su Director José Antonio Miro Quezada y su Gerente de Comercialización Pedro José de Zavala, negaron tajantemente que existe la pretensión de Concentrar Medios, tal como afirman sus competidores del Grupo La República y el Presidente del Instituto Prensa y Sociedad, periodista Augusto Álvarez Rodrich, quien encabezó –junto a un nutrido grupo de periodistas capitalinos y algunos de provincias- una denuncia judicial para dejar sin efecto la reciente adquisición de las acciones del Grupo EPENSA por parte del Grupo El Comercio.
Durante el reciente 18º Encuentro Nacional de Prensa, organizado por Ciudadanos al Día (CAD) desarrollado en la Capital de la República, tuvimos la oportunidad de ser testigos de esta pugna de poder (por decirlo de alguna manera) por parte de estos dos grupos editoriales -El Comercio y La República- pues recordemos que este último estuvo a punto de adquirir dichas acciones de EPENSA y prácticamente El Comercio se lo arrebató de las manos, iniciándose de esta manera –desde mi modesto punto de vista- una abierta disputa por demostrar quién es el más poderoso, para ello no se dudó en recurrir a las máximas instancias reguladoras y judiciales del país.
Para que usted, estimado amigo lector tenga una pequeña idea del poder que manejan ambos grupos editoriales en nuestro país, les daremos algunos alcances de la cantidad de medios de comunicación escritos que dependen de ambos grupos. Comencemos por Grupo El Comercio que hasta el año 2013, antes de adquirir el Grupo EPENSA, tenía a su cargo la circulación nacional de: “El Comercio”, “El Trome”, “Perú 21”, “G” y “Depor”, lo cual constituía 49% de participación de circulación nacional; por su parte, La República tenía a su cargo: “La República”, “El Popular” y “Libero” que constituyen el 17% de participación nacional en diarios.
Seguramente que muchos de ustedes se habrán preguntado alguna vez, y cuál era el interés por adquirir las acciones del Grupo EPENSA, pues simple y sencillamente mantener la primacía (y por ende el poder económico, así ellos se esmeren por negarlo) de las comunicaciones, pues hasta antes de la adquisición de dichas acciones EPENSA mantenía el 28% de participación en circulación nacional, a través de los diarios: “El Correo”, “Ojo”, “Aja”, “El Bocón”; sin lugar a dudas una torta demasiado tentadora para cualquier grupo editorial, si tomamos en cuenta que estos diarios vendían alrededor de 271,587 ejemplares en Lima y 292,718 en provincias por día.
¿Qué habría pasado si la oferta del Grupo La República prospera y se hacía con las acciones de la familia Agois Banchero, por las cuales llegó a ofrecer la suma de 17.2 millones de dólares?, ¿Acaso el trato hubiese sido diferente o estaríamos en la misma pugna pero con posturas invertidas (El Comercio reclamando a La República)? Creo que mal hacen los directivos de ambos grupos editoriales en tratar de polarizar a la población, con posturas descabelladas o poniéndose en el papel de víctimas y defensores de la Libertad de Información, pues para nadie es secreto que al ciudadano de a pie no le favorece en nada el hecho que EPENSA dependa de El Comercio o La República.
En lo que si deberíamos de estar atentos es en la naturaleza de los contenidos, pues lamentablemente existen antecedentes muy lamentables de ciertos personajes, ligados a los llamados Grupos de Poder en las Comunicaciones, que no dudaron el vender su “alma al diablo” para mantener un status de privilegio económico y político. Todavía tenemos fresca en la memoria las visitas a la famosa salita del SIN por parte de connotados personajes ligados a grupos editoriales, muchos de los cuales parecen sufrir de amnesia cuando se les toca el tema; es más, ahora tienen la desfachatez de pintarse de moralizadores, y ojo, que no es solo en Lima, en provincias pululan por montones.
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