Cumplir el deber constitucional de gobernar es una responsabilidad de todos los poderes del Estado. Ninguna autoridad puede sentirse eximida. Quien asuma el liderazgo del Perú debe promover y recibir el apoyo de todas las fuerzas sociales para generar paso a paso un ‘Acuerdo de Gobernabilidad´, señala en parte de su comunicado.
Hace dos meses hemos celebrado con el Papa Francisco días bellos que marcan nuestra memoria. Hoy nos encontramos ante una inmensa crisis política. “Cuando se trata del bien del Perú, no han de regir intereses particulares sino el Bien Común de la Patria”. (CEP, 18 de diciembre 2017)
- Constatamos un proceso sistémico de corrupción causado por el divorcio entre ética y política, reforzado por ambiciones personales y de grupo, agudizado por la impunidad y maltratado por un sistema que soslaya la justicia.
- Hemos llegado a un punto de quiebre político. Un nuevo comienzo exige no solo un cambio de mando sino la recuperación ética y moral del país en todos los niveles, porque los altos niveles de corrupción roban la esperanza, especialmente de los pobres y de los jóvenes. «Los heridos están ahí. El desempleo es real, la violencia es real, la corrupción es real… El vaciamiento de la democracia es real. La gangrena de un sistema no se puede maquillar eternamente porque tarde o temprano el hedor se siente». (Carta del Papa Francisco 10-2-2017).
- Cumplir el deber constitucional de gobernar es una responsabilidad de todos los poderes del Estado. Ninguna autoridad puede sentirse eximida. Quien asuma el liderazgo del Perú debe promover y recibir el apoyo de todas las fuerzas sociales para generar paso a paso un ‘Acuerdo de Gobernabilidad´.
- Convocamos a los ciudadanos para asumir los cargos públicos, conscientes del compromiso de servir a la patria y no servirse de la política para sus propios intereses. Hacemos un llamado a la responsabilidad de aquellos que tienen mucho por aportar y no lo hacen, desinterés presente, desgraciadamente desde la juventud.
- En este momento crucial urge poner en primer lugar el Bien Común ante los intereses particulares. Recuperemos los valores éticos y morales que han construido la esencia de nuestra peruanidad. No hay nada más contrario al mensaje cristiano que el individualismo: vivir sin prójimos y aprovecharse de ellos.
- Queremos caminar con todos los ciudadanos para participar vigilantes en los procesos que promuevan la vida y la institucionalidad democrática del país, “y así forjar un Perú que tenga espacio para todas las sangres, en el que pueda realizarse la promesa de la vida peruana”. (Discurso del Papa Francisco19/01/2018).
Que el Señor nos bendiga para hacer grande nuestro Perú.
Lima, 22 de marzo de 2018
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