sábado, 5 de mayo de 2018

Reforma educativa incidió en pérdida de autoridad paternal y propició más delitos

No olvidemos que los primeros maestros de los niños son los respectivos padres, pero si éstos no cultivan valores, ni buenas costumbres, ¿qué de bueno pueden sembrar en los niños?, recuerden en antaño una buena madre aunque sea analfabeta, pero con valores, sabía inculcar buenas costumbres a sus hijos.

Por: Amaro Rodríguez Santillán

En las décadas del 70 y 80 del siglo próximo pasado, se inició en nuestro país un proceso de reforma educativa, que era oportuna y con buena visión de futuro para nuestros niños, que ahora ya son todo una nueva generación y entre lo novedoso por su implicancia, se promovió un trato horizontal por parte de los docentes con los educandos.

El currículo educativo estableció que los docentes promovieran una mayor confianza con los niños, dejando atrás el trato de Ud. a sus respetivos maestros, es decir en adelante niños y profesores deberían tratarse de tu y vos, de igual a igual, sin que signifique una falta de respeto y se fortaleció con la creación de la DEMUNA (Defensoría del Niño y Adolescente) en los gobiernos municipales que apuntalaban la política educativa nacional.

Por su parte los padres de familia por su cariño y natural amor a sus pequeños hijos, orquestaron la pérdida de autoridad de los profesores en la aulas de los centros educativos en sus niveles de educación, simultáneamente se empezó a debilitar la autoridad paternal y se observó dificultades para contener conductas antisociales entre los niños y adolescentes, conscientes de existir normas que defienden sus derechos.

Ante la débil autoridad paternal como resultado de la aplicación del nuevo currículo educativo, los hijos empezaron a desbordar esa débil autoridad paternal sembrándose las condiciones para que en hogares poco fortalecidos, los niños y adolescentes incursionaran en conductas antisociales que llegaban a delitos.

No olvidemos que los primeros maestros de los niños son los respectivos padres, pero si éstos no cultivan valores, ni buenas costumbres, ¿qué de bueno pueden sembrar en los niños?, recuerden en antaño una buena madre aunque sea analfabeta, pero con valores, sabía inculcar buenas costumbres a sus hijos.

Al parecer la reforma educativa se inició en nuestra sociedad peruana, cuando no estaba preparada para asumirla con buenos resultados, como ocurrió con la reforma agraria, cuando los campesinos beneficiados con la política de reforma agraria que dijo “la tierra es de quien lo trabaja”, pero el campesino no estuvo preparado y los resultados no fueron los esperados. Ojalá los estudiosos sobre currículo educativo, de equidad de género, prevean consecuencias  y no sembremos la simiente de una Sodoma y Gomorra.

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