La renuncia del Fiscal Chávarry al cargo que ostentaba dolosamente alcanzado, con sigilo tejieron redes con los políticos de la mayoría, para desnaturalizar la administración de la justicia, pero esa renuncia no convence al pueblo peruano, que exige su alejamiento del Ministerio Público por tratarse de un presunto cómplice de “Los cuellos blancos”.
Por: Amaro Rodríguez Santillán
Resultó relevante el protagonismo del pueblo peruano, indignado por la mega corrupción que azota a nuestra patria y patrocinada desde los altos niveles del Estado por políticos corruptos que blindan a magistrados defensores de la corrupción, como lo hizo la mayoría fujimorista más la minoría aprista al blindar al Fiscal de la Nación Pedro Chávarry en claro intento de mantener sesgada, la administración de la justicia a favor de la corrupción.
La conciencia cívica peruana fracturada y adormitada a causa de la maquiavélicos planes de los corruptos, despertó, creció tanto que se fortaleció a nivel nacional con el mismo propósito de luchar contra por algunos mercaderes enquistados como mafias en altos cargos en el Ministerio Público y el Poder Judicial, incentivados por profesionales en la corrupción agazapados en el Congreso de la República y otros poderes públicos.
La renuncia del Fiscal Chávarry al cargo que ostentaba dolosamente alcanzado, con sigilo tejieron redes con los políticos de la mayoría, para desnaturalizar la administración de la justicia, pero esa renuncia no convence al pueblo peruano, que exige su alejamiento del Ministerio Público por tratarse de un presunto cómplice de la banda “los cuellos blancos”.
La conciencia cívica nacional fortalecida tras épicas horas de lucha en las calles de las ciudades del Perú fue el mayor aval recibido por autoridades de la Fiscalía y del Poder Judicial para que Pedro Chávarry renuncie a su cargo, podríamos aventurar afirmar que ha sido el pueblo con su lucha sin cuartel, el que destituyó simbólicamente a Chávarry.
Chávarry actuó desde su más alto cargo en el Ministerio Público, como un vulgar delincuente chantajista, que amenazaba al presidente de la República por el caso de Chincheros, si sabía de actos dolosos cometidos por el Presidente Vizcarra, debió denunciarlos oportunamente y no tenerlo como cartas bajo la manga e intentar alcanzar impunidad.
El pueblo con la experiencia adquirida luchará en diferentes instancias de los gobiernos locales, regionales y ministerios para ubicar atisbos de corrupción y denunciarlos y se requiere de un periodismo honesto para que el eco de las denuncias del pueblo organizado llegue a las instancias que cautelan los intereses del Estado.
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