El ocho, en el marco de las cábalas, es el símbolo de fortuna en ese milenario pueblo. Se trata de una cifra mágica para esta cultura. Teniendo en cuenta su calidad de país anfitrión, fue escogido el día para abrir el más importante evento a nivel internacional.
Por: Freddy Gálvez Delgado
Los Juegos Olímpicos de Beijing, que se inauguraron hoy viernes 08.08.08, es la competencia de las supersticiones. Decimos esto, porque la totalidad de los datos vinculados al comienzo del certamen están relacionados con las tradicionales creencias orientales. Por ejemplo, se buscó intencionalmente que la fecha coincidiera de manera exacta con el número ocho, considerado de la buena suerte.
El ocho, en el marco de las cábalas, es el símbolo de fortuna en ese milenario pueblo. Se trata de una cifra mágica para esta cultura. Teniendo en cuenta su calidad de país anfitrión, fue escogido el día para abrir el más importante evento a nivel internacional. La data se complementa con la nomenclatura del año y del mes. Sin embargo, allí no queda todo. También se estableció que el acto de la inauguración se inicie a las ocho horas y ocho minutos de la tarde.
Ocho se pronuncia en chino “ba” y su significado “fa” hace referencia al deseo de alcanzar ventura, a la abundancia, a lo infinito. Según el criterio de muchos expertos orientales, China ha ingresado en el 2008 en un ciclo de buenos augurios. Estiman que, una evidencia de lo expresado, es convertirse en el máximo escaparate para el mundo con la celebración de los Juegos Olímpicos.
Desde la otra parte del mundo, China es observada como un país emergente con claras muestras de convertirse en una verdadera potencia en un futuro cercano. Esperamos que a partir del inicio del más grande espectáculo deportivo del orbe, las diferentes actividades se desenvuelvan en el ambiente de paz y tranquilidad deseado por todos. Que antes de ahondar diferencias, el esfuerzo desplegado por ganar sirva para conocerse, unirse y confraternizar.
La comunidad mundial necesita hoy, más que nunca, mucha integración. Abandonar los odios, las ansias de conquista y las guerras. Pensar más en el ser humano como tal. Esperamos que las Olimpíadas de Beijing logren marcar el punto de partida de esa sublime y suprema aspiración. ¿Será pedir demasiado…?
Por: Freddy Gálvez Delgado
Los Juegos Olímpicos de Beijing, que se inauguraron hoy viernes 08.08.08, es la competencia de las supersticiones. Decimos esto, porque la totalidad de los datos vinculados al comienzo del certamen están relacionados con las tradicionales creencias orientales. Por ejemplo, se buscó intencionalmente que la fecha coincidiera de manera exacta con el número ocho, considerado de la buena suerte.
El ocho, en el marco de las cábalas, es el símbolo de fortuna en ese milenario pueblo. Se trata de una cifra mágica para esta cultura. Teniendo en cuenta su calidad de país anfitrión, fue escogido el día para abrir el más importante evento a nivel internacional. La data se complementa con la nomenclatura del año y del mes. Sin embargo, allí no queda todo. También se estableció que el acto de la inauguración se inicie a las ocho horas y ocho minutos de la tarde.
Ocho se pronuncia en chino “ba” y su significado “fa” hace referencia al deseo de alcanzar ventura, a la abundancia, a lo infinito. Según el criterio de muchos expertos orientales, China ha ingresado en el 2008 en un ciclo de buenos augurios. Estiman que, una evidencia de lo expresado, es convertirse en el máximo escaparate para el mundo con la celebración de los Juegos Olímpicos.
Desde la otra parte del mundo, China es observada como un país emergente con claras muestras de convertirse en una verdadera potencia en un futuro cercano. Esperamos que a partir del inicio del más grande espectáculo deportivo del orbe, las diferentes actividades se desenvuelvan en el ambiente de paz y tranquilidad deseado por todos. Que antes de ahondar diferencias, el esfuerzo desplegado por ganar sirva para conocerse, unirse y confraternizar.
La comunidad mundial necesita hoy, más que nunca, mucha integración. Abandonar los odios, las ansias de conquista y las guerras. Pensar más en el ser humano como tal. Esperamos que las Olimpíadas de Beijing logren marcar el punto de partida de esa sublime y suprema aspiración. ¿Será pedir demasiado…?
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