Han pasado dos meses; exactamente sesenta días, y ahora el personal se ha adaptado totalmente a la nueva infraestructura y hasta hace planes para convertir este lugar en el mejor de la Municipalidad Provincial de Trujillo. Además, hay motivos suficientes para que el personal administrativo y los agentes estén satisfechos.
Por: Enrique Cabrera Salvatierra.
¡A mal tiempo, buena cara!, reza el antiguo refrán que recoge la sabiduría popular y que pusieron de moda, desde el pasado 6 de agosto, aunque por pocas semanas, aproximadamente 25 trabajadores que desarrollan labores administrativas en la Gerencia de Seguridad Ciudadana y Defensa Civil de la Municipalidad Provincial de Trujillo. Es que no era para menos. Dos días antes había llegado la orden superior de trasladar mobiliario, vehículos y personal desde la mencionada dependencia edil, en el barrio Chicago, hasta el ex local de Modasa, ubicado en el kilómetro 562 de la Carretera Panamericana Norte.
Un amplio módulo, con paredes de ladrillo y concreto y techo de eternit, que antes había sido usado como comedor de la fábrica de motores, construido en un predio edil de 100 mil metros cuadrados, destinado al futuro terminal terrestre de Trujillo, daba cobijo a los nuevos inquilinos. Aunque inicialmente la aprobación de los trabajadores no era unánime, fue oportunidad para que la mayoría de ellos demuestre su compromiso y lealtad con la institución municipal, con sus autoridades y hasta con la sociedad misma, cuyo bienestar es el objetivo del servicio de seguridad ciudadana.
Entre escritorios, estantes, sillas, computadoras y otros enseres apilados, con algo de orden, en el centro del local, los trabajadores fueron testigos de la forma rápida como los espacios vacíos fueron cubiertos por tabiquería, dando forma a las oficinas desde las cuales ahora se planifica, dirige y monitorea el servicio de seguridad ciudadana. Con poco que hacer –sin oficinas y mientras se esperaba la instalación de los servicios básicos–, los servidores ediles le sacaron el máximo provecho a esta circunstancia temporal.
Reconfortantes charlas, largas caminatas y reiteradas bromas, terminaron por fortalecer al grupo, hacerlo más solidario y ascender a los compañeros de trabajo a la categoría de amigos, o convertidos en una gran familia. Quince días después de la llegada, César Campaña Aleman, gerente de Seguridad Ciudadana y Defensa Civil de la MPT, hizo la distribución de oficinas para cada una de las unidades orgánicas. En los días posteriores fue instalada la línea de teléfono fijo; luego llegó el agua y después la energía eléctrica, con la que computadoras, impresoras, radios, fluorescentes y otros artefactos cambiaron la vida en este lugar.
La Central de Radio, que por razones técnicas se había quedado en el barrio Chicago, también fue traída, pero sin su torre metálica: esta fue reemplazada por el enorme reservorio que estaba abandonado y que majestuoso se eleva más de treinta metros desde el suelo. Hace una semana se instaló el servicio de internet, tan necesario e importante en estas épocas modernas y más aún cuando la gerencia municipal de Seguridad Ciudadana se encuentra un poco alejada de la ciudad. Indudablemente, facilita el trabajo. Ahora mismo esta nota llegará por esta vía a todos los medios de comunicación.
Han pasado dos meses; exactamente sesenta días, y ahora el personal se ha adaptado totalmente a la nueva infraestructura y hasta hace planes para convertir este lugar en el mejor de la Municipalidad Provincial de Trujillo. Además, hay motivos suficientes para que el personal administrativo y los agentes estén satisfechos. La Gerencia de Seguridad Ciudadana, con el apoyo de regidores y funcionarios de diferentes dependencias ediles, viene desarrollando un sinnúmero de cursos de capacitación para todos ellos.
Entre estos se destacan el Programa de Formación en Seguridad Ciudadana (FOESC), con la Universidad César Vallejo; Seguridad Ciudadana y Movilización Nacional, con el Ejército Peruano; y con la Policía Nacional. También, ha creado la Brigada Canina e implementado un auditorio, un cafetín, una peluquería y servicios higiénicos, con duchas incluidas; ha gestionado la instalación de dos gibas en la pista, frente al local institucional, para seguridad de agentes y usuarios del servicio, y ha comenzado la arborización y sembrado de plantas para transformar el terral en áreas verdes.
Se podría afirmar que a este local no le falta nada, pues hasta fantasma tiene, según algunos trabajadores que aseguran haber sido testigos de la presentación “protocolar” del alma en pena, que, según averiguaciones, pertenecería a una persona de unos 32 años, de nombre Diego, que se habría ahorcado en el interior del local cuando laboraba como guardián para el anterior inquilino, la empresa Ransa. Mientras las áreas verdes se toman su tiempo para mostrar su esplendor, los colores que predominan en este lugar son azul marino y azulino.
Esto, en concordancia a los uniformes de los agentes, los que unos días se hacen más visibles que otros, según la concurrencia de ellos para realizar gestiones administrativas o asistir a los cursos de capacitación. Finalmente, el personal administrativo que llegó al “nuevo” local institucional hace dos meses, está plenamente convencido que ¡No hay mal que por bien no venga!
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