Los “Reyes Magos”, montados en briosos caballos de la Policía Nacional, fueron repartiendo caramelos a los niños y luego, rodeados de policías de seguridad ciudadana, ingresaron a la Plaza de Armas, recorrieron su perímetro y llegaron a la puerta del Palacio Arzobispal, donde saludaron a las autoridades.
A diferencia de los soldados romanos que cumpliendo una orden de Herodes persiguieron al Niño Jesús con las intenciones que todos conocemos, los agentes de Seguridad Ciudadana de Trujillo resguardaron a los “Reyes Magos” durante todo su recorrido, desde la plazuela El Recreo hasta la Plaza de Armas, para que cumplan con su deseo de adorar al Hijo de Dios que los esperaba en un pesebre gigante.
“Melchor”, “Gaspar” y “Baltazar” no tuvieron ningún inconveniente para transitar por las principales calles de Trujillo, en medio de cientos de niños, jóvenes y adultos, y llegar a la Plaza de Armas a adorar al Niño Jesús, pues durante todo su trayecto contaron con el servicio de seguridad proporcionado por los uniformados ediles y supervisores, quienes se contagiaron con la alegría que trajo esta actividad.
Fue en el marco de la clausura de la décima cuarta edición del Festival Navideño de Luces y Colores, organizado por la Empresa Editora La Industria de Trujillo S.A., Municipalidad Provincial de Trujillo y el Arzobispado Metropolitano de Trujillo. Días atrás, Miguel Pardo Navarro, gerente (e) de Seguridad Ciudadana y Defensa Civil de la comuna provincial, había dispuesto la ejecución de todo un plan de seguridad que se debía desarrollar antes, durante y después del evento.
Dicho plan contemplaba no solo el resguardo a los “Reyes Magos”, sino también a los cientos de personas que asistirían a la actividad, e incluía el bloqueo de calles para dejarlas libres de vehículos y comerciantes ambulantes. Dos inmensas filas humanas, con los colores azul marino y celeste de los uniformados, se veían avanzar desde la plazuela El Recreo, abriendo camino a los “Sabios de Oriente”.
Una multitud de hombres y mujeres de todas las edades, que se hizo más compacta al ingresar al Paseo Pizarro, fue mantenida en orden por los agentes de seguridad ciudadana. Los “Reyes Magos”, montados en briosos caballos de la Policía Nacional, fueron repartiendo caramelos a los niños y luego, rodeados de policías de seguridad ciudadana, ingresaron a la Plaza de Armas, recorrieron su perímetro y llegaron a la puerta del Palacio Arzobispal, donde saludaron a las autoridades.
Dos cordones de seguridad formados por los agentes ediles, entre el Palacio Arzobispal y el pesebre ubicado al pie del monumento a la Libertad, abrió paso a autoridades y “Reyes Magos”, los que adoraron al Niño Jesús, tras lo cual el representante de la Iglesia Católica levantó al Niño y luego emprendió el regreso.
Frente al edificio, otro contingente de policías de seguridad ciudadana de Trujillo logró mantener en orden al público que participaba en el reparto gratuito de ocho mil bizcochos con los que se había formado una cruz gigante, como símbolo del nacimiento del Salvador.
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