Como se sabe el Club Libertad ya tiene un expediente de larga data, pues el actual concesionario de apellido Rivasplata ha recibido diversas sanciones e incluso se clausuró el local el año pasado, pero luego ha vuelto a reabrir y poco a poco ha vuelto a convertirse en la pesadilla de los vecinos, que han corrido varias listas exigiendo el cierre del local.
Los vecinos de las cuadras 1, 2 y 3 de jirón San Martín, y de las cuadras 1 y 2 de Jirón Bolognesi no soportan más las fiestas que se realizan en el Club Libertad los fines de semana, pues no solo el ruido y la contaminación sonora es insorportable, sino que se generan peleas y la zona se convierte en urinario público. El concesionario realiza fiestas electrónicas juveniles y también fiestas chicha como la que se anuncia para este domingo 29 desde las 6 p.m., con los conjuntos Aguamarina, Marisol y Armonía 10. Los vecinos han anunciado que no dejarán que se realice este evento, que se pretendería colocarlo dentro del programa oficial de la primavera cuando es un evento privado.
Así lo explica José Rodríguez Castañeda, vecino de la segunda cuadra de San Martín, que desde hace años padece este abuso, según lo califica. “Lo peor no sólo es la bulla, sino lo que trae consigo las fiestas, inseguridad, peleas en las calles, convierten nuestras veredas en urinario, es increíble que el municipio deje que se hagan esas fiestas chicha en pleno Centro histórico incluso la última vez fui testigo de cómo una pareja que salía de una fiesta del Club, de manera grotesca se puso a tener relaciones sexuales en plena calle de madrugada, a esto nos tiene expuestos el municipio que no ejecuta el cierre de este local”.
En efecto, como se sabe el Club Libertad ya tiene un expediente de larga data, pues el actual concesionario de apellido Rivasplata ha recibido diversas sanciones e incluso se clausuró el local el año pasado, pero luego ha vuelto a reabrir y poco a poco ha vuelto a convertirse en la pesadilla de los vecinos, que han corrido varias listas exigiendo el cierre del local. La vecina Cecilia González Elorreaga, de la segunda cuadra de Jr. San Martín, también es otra de las agraviadas por los constantes desmanes y el bullicio que origina el concesionario.
“Este local no está acondicionado acústicamente, no tiene techo y la bulla va directamente a nuestras ventanas, además los asistentes son gente de dudosa reputación, y encima ebrios, que nos amenazan o se burlan si les pedimos que no usen como urinario nuestra calle, hasta han llegado a rompernos nuestras ventanas, como en mayo cuando se hizo una fiesta supuestamente universitaria que terminó en una batalla campal, ¿hasta cuándo sufriremos la ineficiencia de las autoridades?, exigimos que se clausure de una buena vez este local”, exigió.
Dijo que el sábado último hubo una fiesta electrónica juvenil en el Salón Olímpico del Club, situado al frente de su domicilio. “La bulla era insoportable, llamamos al SEGAT y vino de manera inmediata el Sr. Fernando Calderón, Ejecutor Coactivo, quien verificó que el número de decibeles traspasaban todos los niveles permitidos, entonces no nos explicamos porqué el Área de Fiscalización no clausura este local, no permitiremos la fiesta de este domingo y exigimos la intervención inmediata de las autoridades, estamos denunciando el hecho ante la Gobernación y la Defensoría del Pueblo”, finalizó.
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