El buen César Olivares, arribó desde Lima, para entregar los textos de su trabajo “Buey Manso”, donde asegura que el poema es un “buey manso que suele llevar cencerro...”. Aquí un extracto de su canto V: “Y ahora qué /¿Debo escribir otro poema / Para pintar mi visión del mundo a latido de acuarela?
La Segunda fecha de “Entre el mar y la luna”, el último sábado 8 de febrero, sumó poesía y canciones, siempre frente al mar de Huanchaco, un espacio alternativo para compartir estas manifestaciones artísticas, precisamente en el espacio ideal para la inspiración. Un trío de poetas jóvenes fueron los responsables de abrir la tarde: Carlos Santa María Ruiz (Trujillo-1979), César Olivares Acate (Trujillo-1979) y Alfonso Sánchez Mendoza (Trujillo-1968), se sentaron frente al público que arribó desde Trujillo, Huanchaco y los curiosos turistas que acompañaron las tres horas que duró el evento.
El buen César Olivares, arribó desde Lima, para entregar los textos de su trabajo “Buey Manso”, donde asegura que el poema es un “buey manso que suele llevar cencerro...”. Aquí un extracto de su canto V: “Y ahora qué /¿Debo escribir otro poema / Para pintar mi visión del mundo a latido de acuarela? /Está bien, pero no atisben la tarde incandescente / Desde sus relojes de granito /No todos los días despiertan con tenazas de cangrejo”.
Alfonso Sánchez, desde Trujillo, ante el mar exclamó: “La luna ilumina el cielo / caen tus párpados pequeños /cansados de mirar todo el día /Invade el silencio la noche /y el sueño va llegando lento /Tus manos traviesas descansan /y tus pies inquietos /verticales al muro de la habitación /se laxan tranquilos /abrigados bajo tus sábanas de princesas”. Por su parte, el poeta premiado Carlos Santa María prodigó estos versos: “A veces /un poema /no es / más que una prueba / de velocidad / y agota /llegar hasta aquí /solo para /decirlo” o “Adentro /siempre /está oscuro /por eso no veo /las cosas /que digo /casi siempre /tropiezo / con ellas”.
Inmediatamente, fue el turno de Carlos Prado Muñoz, quien de su próximo libro compartió: “Acércate al hombre que sonríe/ durmiendo sobre la grama del parque. / Escucha a la mujer que mira el vacío y el cielo/ desde la ventana/ dibujando con su voz una extraña melodía./ Mira al niño que te dispara con sus dedos/ para advertirte la presencia del arco iris./ Contempla a la niña autosecuestrada en el jardín/ por la belleza despiadada de una flor que soñó”.
La parte de lecturas fue cerrada por Alberto Alarcón, dedicando estos versos: “Iba a escribir tu nombre, /pero una mano/me tapó los ojos,/ pero un pañuelo me secó la tinta /pero una rosa me clavó su espina,/y sólo fueron márgenes en blanco, /pequeñas gotas de nostalgia oscura. /Iba a escribir tu nombre/ pero tu nombre ya no tiene espacio /pero tu nombre no se escribe nunca”. Pero antes se tuvo la participación entre el público de la narradora Patricia Castañeda y las canciones de Mariangeles Fernández en canto con el acompañamiento en guitarra de una artista chilena.
Inmediatamente, se hicieron presentes los integrantes de “Cantautores Trujillo” el colectivo artístico que agrupa a los compositores que interpretan sus propias canciones en distintos estilos en nuestra ciudad. En orden de aparición Rinaldo Karó (canción alternativa y voz de barítono), Alberto Quispe (compositor de música latinoamericana), Gejota (Gustavo Jesús en balada y rock and roll, punk criollo) y Juan Carlos Iglesias (blues y folk).
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