Bajo su dirección ADEX luchó por fomentar y proteger los envíos no tradicionales, logrando la vigencia del Fondo de Exportaciones No Tradicionales (FENT), que facilitó financiamientos a los exportadores nacionales tras encontrarse en desventaja por una negociación del MEF con EE.UU., que perjudicaba a los empresarios peruanos.
La Asociación de Exportadores (ADEX) lamentó el deceso de su querido miembro fundador y expresidente Gonzalo Garland Iturralde, quien falleció ayer 03 de febrero, dejando un enorme pesar en la familia del gremio exportador. Sin embargo, su legado “exportar o morir” se mantendrá firme en los exportadores nacionales que trabajan en el impulso de los envíos con valor agregado.
No cabe duda que la desaparición de este gran empresario y excelente ser humano representa una gran pérdida, pues creyó firmemente que los países que más progresaban son aquellos que se dedican a la exportación de productos con valor agregado. Fue así que condujo el destino de ADEX inspirado por un lema que él mismo creó: “Exportar o morir”.
Gonzalo Garland Iturralde era abogado egresado de la Universidad Católica del Perú, con un doctorado en leyes (Juris Doctor) en la Universidad de Georgetown, Washington D.C. En esta última casa de estudios también cursó la carrera de Negocios Internacionales. A lo largo de su trayectoria empresarial estuvo vinculado al mundo de las leyes y empresarial, logrando ocupar diversos cargos en instituciones.
De esta manera, fue socio de diferentes estudios jurídicos como Alayza Consultores, Estudio Garland, Estudio East Garland y Estudio Alfredo Álvarez Calderón. También se desempeñó como director de ADEX desde 1978 y presidente por dos periodos en la década del 80; director y fundador de la Confiep; vicepresidente del Comité Textil de la Sociedad Nacional de Industria; director de la Autoridad Portuaria Nacional, entre otros.
Bajo la dirección de Garland, ADEX luchó por fomentar y proteger los envíos no tradicionales, logrando la vigencia, a nivel interno, del Fondo de Exportaciones No Tradicionales (FENT), que facilitó financiamientos a los exportadores nacionales tras encontrarse en desventaja por una negociación del Ministerio de Economía y Finanzas con EE.UU., que perjudicaba a los empresarios peruanos.
También se logró impedir que el Perú suscribiera el Código de Subsidios del GATT (General Agreement on Tariffs and Trade), un acuerdo multilateral que regulaba el comercio internacional, poniendo idénticas condiciones a poderosos y emergentes, consiguiendo que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) desistiera de la firma. Paradójicamente, bajo su liderazgo también se alcanzó el apoyo de la Agencia de Cooperación Técnica de los Estados Unidos (USAID), entidad que respaldó a la institución hasta el año 2002.
A propósito del lema “Exportar o morir”, Garland solía sentirte satisfecho del calado del mensaje que quería transmitir. Consideraba que estábamos en la mejor época en toda la historia del Perú y que se vislumbra una mejor todavía. Asimismo, creía firmemente que los jóvenes que entraban a trabajar tenían una perspectiva casi ilimitada.
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