Esta dialéctica actitud de un magistrado, al parecer podría generar una invertida jurisprudencia en beneficio de la jungla delincuencial donde rige la ley del más fuerte y se olvida lo que significa la justicia, solo para favorecer voraces intereses muy personales y de organizaciones mafiosas.
Por: Amaro Rodríguez Santillán
El madrugador Fiscal, Pedro Chávarry para juramentarse en el cargo, pensó en el refrán “al que madruga Dios le ayuda”, pero olvidó otro refrán que dice “no por mucho madrugar amanece más temprano” y eso le sucedió al fiscal, que llegó al cargo todavía en oscuridad, cómplice de arteras malas intenciones y hoy se le cae la careta con su vil amenaza al presidente Vizcarra.
No se trata de alentar enfrentamientos entre Poderes del Estado, sino más bien intentar esclarecerlos y generar confianza, violada por políticos y altas autoridades y nos motiva la actitud delincuencial de burdo chantaje del magistrado, quien por su labor se vinculó a tantos delincuentes de toda calaña, y podemos reflexionar en otro refrán que dice “quien con lobos se junta, aullar aprende” y Pedro Chávarry se comporta como buen discípulo.
Esta dialéctica actitud de un magistrado, al parecer podría generar una invertida jurisprudencia en beneficio de la jungla delincuencial donde rige la ley del más fuerte y se olvida lo que significa la justicia, solo para favorecer voraces intereses muy personales y de organizaciones mafiosas.
Mientras tanto en el Congreso de la República lobos con piel de cordero, a sotto voce se regocijan y comentan sobre el audaz enfrentamiento que hace Chávarry al Presidente de la República, para hacer más densa una cortina de humo, que favorezca oscuros intereses ajenos al verdadero interés público.
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