Los fiscales piden la pena capital contra estos seis prisioneros, entre ellos Khalid Sheik Mohammed, antiguo jefe de operaciones de Al Qaeda que se autoinculpó de ser el “cerebro” de los atentados. La decisión ha sido anunciada por el asesor de Asuntos Legales del Departamento de Defensa, el brigadier general Thomas Hartmann.
El Pentágono ha confirmado que seis prisioneros de la base estadounidense de Guantánamo se van a enfrentar a la pena de muerte por su papel en los atentados del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas y la sede del Departamento de Defensa estadounidense. Los fiscales piden la pena capital contra estos seis prisioneros, entre ellos Khalid Sheik Mohammed, antiguo jefe de operaciones de Al Qaeda que se autoinculpó de ser el “cerebro” de los atentados.
La decisión ha sido anunciada por el asesor de Asuntos Legales del Departamento de Defensa, el brigadier general Thomas Hartmann, en una rueda de prensa, y se trataría del primer juicio que se pone en marcha contra alguno de los cientos de prisioneros que han pasado por la polémica cárcel instalada por EE.UU en la base cubana para los “combatientes enemigos” relacionados con Al Qaeda. Según el sistema creado especialmente para Guantánamo, los fiscales militares pueden pedir la pena de muerte al presentar los cargos y esta primera fase del proceso va a tener lugar esta semana.
La encargada de estudiar estas peticiones, Susan J. Crawford, una ex jueza militar, tiene la autoridad de aceptar o rechazar la petición de los fiscales. En los cargos figuran varios por crímenes de guerra. Además de Khalid Sheik, los otros cinco detenidos están acusados de ser coordinadores e intermediarios en la preparación de los atentados. Uno de ellos es Mohammed Al Qahtani, el que iba a ser el piloto número 20 de los aviones secuestrados y después estrellados. Los otros son Ramzi bin Al Shibh, principal intermediario entre los ejecutores del plan y los líderes de Al Qaeda; Ali Abdel Aziz Ali, Mustafa Ahmed Al Hawsawi y Walid bin Attash.
Mohammed, de nacionalidad paquistaní, reconoció haber planeado todo lo relacionado con los ataques, pero su confesión puede resultar problemática si se utiliza como prueba, ya que la CIA ha admitido haberle sometido al waterboarding, la técnica de interrogatorio consistente en introducir en agua la cabeza del detenido para simular el ahogamiento, lo cual está considerado un método de tortura. Mohammed también reconoció que era el responsable de los ataques sobre el World Trade Center de 1993, la explosión de una discoteca en Bali y un intento de derribar dos aviones estadounidenses utilizando “zapatos-bomba”.
También confesó haber participado en el decapitamiento del periodista estadounidense Daniel Pearl. En caso de que se acepten los cargos, estos serán leídos a los detenidos en un plazo de 30 días y podrán introducir sus alegatos, ha informado Hartmann. En un plazo de otros 90 días, se establecerá un panel militar y se seguirán las mociones y las pruebas, ha agregado. “Vamos a darles derechos que son virtualmente idénticos a los que se dan a nuestros miembros militares”, ha dicho Hartmann. En Guantánamo hay unos 380 extranjeros encarcelados. Los abogados de los detenidos se quejan constantemente de que a sus clientes se les ha negado el debido proceso. (Agencias)
El Pentágono ha confirmado que seis prisioneros de la base estadounidense de Guantánamo se van a enfrentar a la pena de muerte por su papel en los atentados del 11 de septiembre contra las Torres Gemelas y la sede del Departamento de Defensa estadounidense. Los fiscales piden la pena capital contra estos seis prisioneros, entre ellos Khalid Sheik Mohammed, antiguo jefe de operaciones de Al Qaeda que se autoinculpó de ser el “cerebro” de los atentados.
La decisión ha sido anunciada por el asesor de Asuntos Legales del Departamento de Defensa, el brigadier general Thomas Hartmann, en una rueda de prensa, y se trataría del primer juicio que se pone en marcha contra alguno de los cientos de prisioneros que han pasado por la polémica cárcel instalada por EE.UU en la base cubana para los “combatientes enemigos” relacionados con Al Qaeda. Según el sistema creado especialmente para Guantánamo, los fiscales militares pueden pedir la pena de muerte al presentar los cargos y esta primera fase del proceso va a tener lugar esta semana.
La encargada de estudiar estas peticiones, Susan J. Crawford, una ex jueza militar, tiene la autoridad de aceptar o rechazar la petición de los fiscales. En los cargos figuran varios por crímenes de guerra. Además de Khalid Sheik, los otros cinco detenidos están acusados de ser coordinadores e intermediarios en la preparación de los atentados. Uno de ellos es Mohammed Al Qahtani, el que iba a ser el piloto número 20 de los aviones secuestrados y después estrellados. Los otros son Ramzi bin Al Shibh, principal intermediario entre los ejecutores del plan y los líderes de Al Qaeda; Ali Abdel Aziz Ali, Mustafa Ahmed Al Hawsawi y Walid bin Attash.
Mohammed, de nacionalidad paquistaní, reconoció haber planeado todo lo relacionado con los ataques, pero su confesión puede resultar problemática si se utiliza como prueba, ya que la CIA ha admitido haberle sometido al waterboarding, la técnica de interrogatorio consistente en introducir en agua la cabeza del detenido para simular el ahogamiento, lo cual está considerado un método de tortura. Mohammed también reconoció que era el responsable de los ataques sobre el World Trade Center de 1993, la explosión de una discoteca en Bali y un intento de derribar dos aviones estadounidenses utilizando “zapatos-bomba”.
También confesó haber participado en el decapitamiento del periodista estadounidense Daniel Pearl. En caso de que se acepten los cargos, estos serán leídos a los detenidos en un plazo de 30 días y podrán introducir sus alegatos, ha informado Hartmann. En un plazo de otros 90 días, se establecerá un panel militar y se seguirán las mociones y las pruebas, ha agregado. “Vamos a darles derechos que son virtualmente idénticos a los que se dan a nuestros miembros militares”, ha dicho Hartmann. En Guantánamo hay unos 380 extranjeros encarcelados. Los abogados de los detenidos se quejan constantemente de que a sus clientes se les ha negado el debido proceso. (Agencias)
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