Cada año las instancias públicas devuelven dinero o lo tienen detenido en los bancos sin generar fuentes de trabajo para la población en cada uno de sus ámbitos. Por ello, una de las principales acciones que tiene que hacer el estado, en todos sus niveles, es preparar cuadros profesionales para estar a la altura de las circunstancias.
Por: Enrique Benites Delgado
En el último ranking elaborado por la revista especializada “América Economía” sobre el desarrollo de latinoamericana, arroja resultados positivos del crecimiento de nuestra patria en infraestructura, carreteras, energía, servicios de agua y desagüe, así como la capacidad para “construir futuro”, escalando varias posiciones entre los países de esta parte del continente, además ha encontrado que uno de los principales problemas en todos los países de América Latina es la falta de lo que hoy se llama “Ingeniería Financiera”.
Es decir, la capacidad para tener profesionales y técnicos que elaboren proyectos de gran envergadura y la capacidad para atraer los grandes capitales que estos necesitan, así como permitir una óptima asignación de recursos en el sistema financiero. Eso se nota en nuestro país. El crecimiento económico generado por el buen manejo del Presidente García, ha traído mayores recursos económicos, con ello los distritos, las provincias y las regiones tienen más dinero, lamentablemente esto no se refleja en la inmediata elaboración de grandes proyectos, por lo tanto no hay obras suficientes.
Cada año todas las instancias públicas devuelven dinero o lo tienen detenido en los bancos sin generar fuentes de trabajo para la población en cada uno de sus ámbitos. Por ello, una de las principales acciones que tiene que hacer el estado, en todos sus niveles, es preparar a sus cuadros profesionales para estar a la altura de las circunstancias. Es necesario que los legisladores locales y nacionales (Consejo Regional y el Congreso) elaboren normas que agilicen el gasto público, que las que existen se adecuen al tiempo en que estamos viviendo.
Nadie está en contra de hacer evaluaciones y fiscalizaciones, que los proyectos sean de necesidad pública, que sirvan para satisfacer la demanda de las poblaciones pero, de allí a que se tenga que depender de Lima para tener aprobación para gastar, como es el caso de los gobiernos regionales, es una demora inútil. Por ejemplo las municipalidades tienen mayor autonomía, tienen su propia OPI, aprueban su propio presupuesto, obras y gastos directamente. No dependen del gobierno central, dependen solo de ellos mismos y todavía se quejan.
Vemos, escuchamos y leemos a congresistas y consejeros regionales que vienen “reclamando” que se gasta poco, que se hace poco; habría que preguntarse ¿Qué hacen ellos para proponer o adecuar las normas que existen y qué se hace para que los gobiernos regionales tengan autonomía económica para realizar sus gastos de inversión, al igual que las municipalidades?
Se deben tomar las acciones del caso para que los recursos que ingresan por el canon y sobre canon minero y las regalías se puedan usar de inmediato y no esperar meses para tener autorización. Con más obras se beneficiaría el pueblo, así tendrá más trabajo, más pan. Claro, más fácil es reclamar o denunciar y no construir. A ponerse la camiseta de Trujillo y la Región. Sino pidan vacaciones hasta el 2011.
Por: Enrique Benites Delgado
En el último ranking elaborado por la revista especializada “América Economía” sobre el desarrollo de latinoamericana, arroja resultados positivos del crecimiento de nuestra patria en infraestructura, carreteras, energía, servicios de agua y desagüe, así como la capacidad para “construir futuro”, escalando varias posiciones entre los países de esta parte del continente, además ha encontrado que uno de los principales problemas en todos los países de América Latina es la falta de lo que hoy se llama “Ingeniería Financiera”.
Es decir, la capacidad para tener profesionales y técnicos que elaboren proyectos de gran envergadura y la capacidad para atraer los grandes capitales que estos necesitan, así como permitir una óptima asignación de recursos en el sistema financiero. Eso se nota en nuestro país. El crecimiento económico generado por el buen manejo del Presidente García, ha traído mayores recursos económicos, con ello los distritos, las provincias y las regiones tienen más dinero, lamentablemente esto no se refleja en la inmediata elaboración de grandes proyectos, por lo tanto no hay obras suficientes.
Cada año todas las instancias públicas devuelven dinero o lo tienen detenido en los bancos sin generar fuentes de trabajo para la población en cada uno de sus ámbitos. Por ello, una de las principales acciones que tiene que hacer el estado, en todos sus niveles, es preparar a sus cuadros profesionales para estar a la altura de las circunstancias. Es necesario que los legisladores locales y nacionales (Consejo Regional y el Congreso) elaboren normas que agilicen el gasto público, que las que existen se adecuen al tiempo en que estamos viviendo.
Nadie está en contra de hacer evaluaciones y fiscalizaciones, que los proyectos sean de necesidad pública, que sirvan para satisfacer la demanda de las poblaciones pero, de allí a que se tenga que depender de Lima para tener aprobación para gastar, como es el caso de los gobiernos regionales, es una demora inútil. Por ejemplo las municipalidades tienen mayor autonomía, tienen su propia OPI, aprueban su propio presupuesto, obras y gastos directamente. No dependen del gobierno central, dependen solo de ellos mismos y todavía se quejan.
Vemos, escuchamos y leemos a congresistas y consejeros regionales que vienen “reclamando” que se gasta poco, que se hace poco; habría que preguntarse ¿Qué hacen ellos para proponer o adecuar las normas que existen y qué se hace para que los gobiernos regionales tengan autonomía económica para realizar sus gastos de inversión, al igual que las municipalidades?
Se deben tomar las acciones del caso para que los recursos que ingresan por el canon y sobre canon minero y las regalías se puedan usar de inmediato y no esperar meses para tener autorización. Con más obras se beneficiaría el pueblo, así tendrá más trabajo, más pan. Claro, más fácil es reclamar o denunciar y no construir. A ponerse la camiseta de Trujillo y la Región. Sino pidan vacaciones hasta el 2011.
No hay comentarios:
Publicar un comentario