Como era de esperarse, cada uno de los mandatarios tuvo diferentes maneras de actuar durante los cuarenta y cinco segundos que duró el sacudón. Sin embargo, la primera e inconsciente reacción fue levantar la mirada a la parte alta del Congreso chileno ubicado en el puerto de Valparaíso.
Por: Freddy Gálvez Delgado
El mundo entero se conmocionó últimamente con los movimientos sísmicos producidos en diferentes partes del planeta. Uno de los más terribles fue el que azotó Chile, considerado entre los veinte más violentos de la historia. Como casi siempre suele ocurrir, la secuela o réplica de remezones terráqueos se manifiesta en la zona hasta la actualidad.
Justamente es lo que sucedió, instantes previos a la ceremonia de investidura del nuevo presidente del país sureño. Asistieron, en calidad de invitados, los jefes de estado de varios países de Latinoamérica y Europa, incluyendo el Perú. Y cuando todos se alistaban para participar en el solemne acto, un fuerte seísmo de 7.2 de magnitud en la escala de Richter, según el Servicio Geológico de Estados Unidos, alteró el estado de ánimo de los asistentes.
Como era de esperarse, cada uno de los mandatarios tuvo diferentes maneras de actuar durante los cuarenta y cinco segundos que duró el sacudón. Sin embargo, la primera e inconsciente reacción fue levantar la mirada a la parte alta del Congreso chileno ubicado en el puerto de Valparaíso. Pasados los nervios, todos se buscaron entre sí, sin poder ocultar en sus rostros la angustia experimentada.
La siguiente actitud fue disimular una sonrisa y estrecharse en un apretón de manos dando a entender que se encontraban unidos ante la desgracia. Ojalá que similares muestras de integración continúen haciéndose presente en el futuro. Sobre todo ahora que se avecina la disputa en torno a la soberanía del mar territorial entre Perú y Chile. Que al final se imponga la razón. Y la hermandad mostrada ante la adversidad, siga siendo el eje sobre el cual gire cualquier controversia.
Debemos recordar que casi todos los habitantes de las naciones latinoamericanas procedemos de similares ancestros quienes paulatinamente fueron asimilados al fabuloso Impero de los Incas. Demostremos que nuestros pueblos no sólo están empeñados en progresar materialmente, sino también en lo más profundo sus corazones…
Por: Freddy Gálvez Delgado
El mundo entero se conmocionó últimamente con los movimientos sísmicos producidos en diferentes partes del planeta. Uno de los más terribles fue el que azotó Chile, considerado entre los veinte más violentos de la historia. Como casi siempre suele ocurrir, la secuela o réplica de remezones terráqueos se manifiesta en la zona hasta la actualidad.
Justamente es lo que sucedió, instantes previos a la ceremonia de investidura del nuevo presidente del país sureño. Asistieron, en calidad de invitados, los jefes de estado de varios países de Latinoamérica y Europa, incluyendo el Perú. Y cuando todos se alistaban para participar en el solemne acto, un fuerte seísmo de 7.2 de magnitud en la escala de Richter, según el Servicio Geológico de Estados Unidos, alteró el estado de ánimo de los asistentes.
Como era de esperarse, cada uno de los mandatarios tuvo diferentes maneras de actuar durante los cuarenta y cinco segundos que duró el sacudón. Sin embargo, la primera e inconsciente reacción fue levantar la mirada a la parte alta del Congreso chileno ubicado en el puerto de Valparaíso. Pasados los nervios, todos se buscaron entre sí, sin poder ocultar en sus rostros la angustia experimentada.
La siguiente actitud fue disimular una sonrisa y estrecharse en un apretón de manos dando a entender que se encontraban unidos ante la desgracia. Ojalá que similares muestras de integración continúen haciéndose presente en el futuro. Sobre todo ahora que se avecina la disputa en torno a la soberanía del mar territorial entre Perú y Chile. Que al final se imponga la razón. Y la hermandad mostrada ante la adversidad, siga siendo el eje sobre el cual gire cualquier controversia.
Debemos recordar que casi todos los habitantes de las naciones latinoamericanas procedemos de similares ancestros quienes paulatinamente fueron asimilados al fabuloso Impero de los Incas. Demostremos que nuestros pueblos no sólo están empeñados en progresar materialmente, sino también en lo más profundo sus corazones…
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