Usted sí ha pretendido adueñarse de nuestra ciudad pues le ha puesto los colores y lemas de su partido político ha vehículos, volquetes, papeles, ni el escudo de nuestra Honorable e Hidalga Ciudad se ha salvado de este vandalismo político, señor Acuña.
Por: Enrique Benites Delgado
Claro que se tiene que recuperar Trujillo, quién no quisiera ver que nuestra ciudad vuelva a ser la ciudad tranquila y honorable. Cómo no se va a querer recuperar la posibilidad de hacer grandes obras para Trujillo; recuerde que usted, don César, y sus regidores anularon la construcción del primer paso a desnivel que se iba a construir en el óvalo Mochica dejándonos sin esa obra y que hubiese facilitado la descongestión vehicular de esa parte de la Panamericana, y también la ejecución del terminal terrestre que anuló todo lo avanzado solo por mezquindad política.
El municipio, y todos sus distritos, han recibido dinero como nunca por el canon minero y el FONCOMUN por el buen manejo económico del presidente Alan García. ¿Sabe usted ciudadano cuánto ha recibido Trujillo en estos tres años y medio? La friolera de setentaicinco (75) millones de soles, sí señor 75 millones; lo que Pepe Murgia nunca lo recibió en todos sus años de gobierno y no andaba quejándose como el actual alcalde. Cuando se dice que se quiere recuperar Trujillo, se refiere a recuperar su prestigio lleno de cultura ciudadana, de decencia política, del no al insulto a toda persona que no comulga con la forma autoritaria y soberbia de su actuar.
Usted sí ha pretendido adueñarse de nuestra ciudad pues le ha puesto los colores y lemas de su partido político ha vehículos, volquetes, papeles, ni el escudo de nuestra Honorable e Hidalga Ciudad se ha salvado de este vandalismo político. Tenemos que recuperar el arma poderosa de comunicarnos y sumar voluntades que es la unión de esfuerzos de los hombres y entidades; debemos levantar las banderas de la verdad. Recuperemos la cultura del trabajo y la amistad; eliminemos la envidia y la dádiva.
Eliminemos la acción nefasta de comprar voluntades, dirigentes, que pueden tener hambre, sí, y se les “jala” para sus filas y los proclaman a viva voz para vergüenza de ellos porque ahora se les conoce como ¡traidores! Ni Fujimori ni Montesinos hicieron eso. Nunca la historia de Trujillo, ciudad libertaria, cuna de grandes hombres ha vivido estos tiempos de violencia verbal. Haya de la Torre con la inmensidad que tuvo nunca profirió insulto alguno contra nadie; Murgia en sus más de 15 años de gobierno tampoco lo hizo.
Aquí un refresca memoria de uno de sus insultos y amenazas a periodistas: “comechados…no saben que ahora estarán en La Primera y de repente nunca más estarán (...) Y estarán por ahí suplicando a quien da trabajo. De repente sus familias futuras no tienen qué comer”. Ahora, ninguno de aquellos valientes periodistas de la otrora “La Primera” está en ese diario. Por eso se quiere recuperar Trujillo, por su dignidad, por su gente, por el don de ser caballerosos, de ciudadanos querendones y respetuosos. Eso… está muy lejos de ser logrado por esta gestión y su jefe y dueño de APP.
Por: Enrique Benites Delgado
Claro que se tiene que recuperar Trujillo, quién no quisiera ver que nuestra ciudad vuelva a ser la ciudad tranquila y honorable. Cómo no se va a querer recuperar la posibilidad de hacer grandes obras para Trujillo; recuerde que usted, don César, y sus regidores anularon la construcción del primer paso a desnivel que se iba a construir en el óvalo Mochica dejándonos sin esa obra y que hubiese facilitado la descongestión vehicular de esa parte de la Panamericana, y también la ejecución del terminal terrestre que anuló todo lo avanzado solo por mezquindad política.
El municipio, y todos sus distritos, han recibido dinero como nunca por el canon minero y el FONCOMUN por el buen manejo económico del presidente Alan García. ¿Sabe usted ciudadano cuánto ha recibido Trujillo en estos tres años y medio? La friolera de setentaicinco (75) millones de soles, sí señor 75 millones; lo que Pepe Murgia nunca lo recibió en todos sus años de gobierno y no andaba quejándose como el actual alcalde. Cuando se dice que se quiere recuperar Trujillo, se refiere a recuperar su prestigio lleno de cultura ciudadana, de decencia política, del no al insulto a toda persona que no comulga con la forma autoritaria y soberbia de su actuar.
Usted sí ha pretendido adueñarse de nuestra ciudad pues le ha puesto los colores y lemas de su partido político ha vehículos, volquetes, papeles, ni el escudo de nuestra Honorable e Hidalga Ciudad se ha salvado de este vandalismo político. Tenemos que recuperar el arma poderosa de comunicarnos y sumar voluntades que es la unión de esfuerzos de los hombres y entidades; debemos levantar las banderas de la verdad. Recuperemos la cultura del trabajo y la amistad; eliminemos la envidia y la dádiva.
Eliminemos la acción nefasta de comprar voluntades, dirigentes, que pueden tener hambre, sí, y se les “jala” para sus filas y los proclaman a viva voz para vergüenza de ellos porque ahora se les conoce como ¡traidores! Ni Fujimori ni Montesinos hicieron eso. Nunca la historia de Trujillo, ciudad libertaria, cuna de grandes hombres ha vivido estos tiempos de violencia verbal. Haya de la Torre con la inmensidad que tuvo nunca profirió insulto alguno contra nadie; Murgia en sus más de 15 años de gobierno tampoco lo hizo.
Aquí un refresca memoria de uno de sus insultos y amenazas a periodistas: “comechados…no saben que ahora estarán en La Primera y de repente nunca más estarán (...) Y estarán por ahí suplicando a quien da trabajo. De repente sus familias futuras no tienen qué comer”. Ahora, ninguno de aquellos valientes periodistas de la otrora “La Primera” está en ese diario. Por eso se quiere recuperar Trujillo, por su dignidad, por su gente, por el don de ser caballerosos, de ciudadanos querendones y respetuosos. Eso… está muy lejos de ser logrado por esta gestión y su jefe y dueño de APP.
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