Por considerarlo de interés público, reproducimos en su integridad el mensaje de reflexión que nos deja el Presidente de
1. Al cumplirse 189 años de
2. El Papa Benedicto XVI nos ha recordado que la atención a la vida del ser humano debe estar en el centro de todo verdadero progreso y, para que éste se produzca, no basta el crecimiento económico, sino que también se debe trabajar en un verdadero desarrollo integral del ser humano. De otro lado, el desarrollo humano es imposible sin seres humanos que actúen rectamente, sin operadores económicos y agentes políticos que sientan fuertemente en su conciencia la llamada al progreso y al bien común.
3. En este sentido, la calidad de vida de las personas está fuertemente vinculada a la salud de las instituciones del país; por eso es necesario que los poderes del Estado, de acuerdo a su naturaleza, continúen respetando su legítima autonomía y complementándose en el servicio al bien común, teniendo en cuenta que la calidad institucional es el camino más seguro para lograr la inclusión de todos en la comunidad nacional.
4. La situación de los más desposeídos no debe dejar insensible a toda
5. Nos corresponde a todos seguir construyendo un Perú con una clara determinación hacia un cambio cualitativo, para que esta tierra -que nos vio nacer y a la que Dios, Nuestro Padre, nos llama a servir y no a servirnos de ella- se convierta en una auténtica Nación Peruana.
6. A la luz de la fe, soy consciente de que vivimos tiempos de cambios profundos, que junto a tantos logros traen también grandes desafíos. Urge tomar medidas frente al deterioro de la convivencia social producido por el incremento de la inseguridad ciudadana, la delincuencia y la violencia, las cuales originan la muerte de muchos peruanos y expresan el poco respeto a la vida y a la dignidad de las personas, como hijos de Dios.
7. Hay situaciones tensas que crean desconfianza y recelo, y que suscitan temores para expresar las ideas con libertad.
8. Exhorto a nuestros fieles y a todas las personas de buena voluntad a orar intensamente a Dios, Nuestro Señor, pidiéndole que ilumine a nuestros gobernantes y legisladores para que conduzcan con certeza los destinos del Perú y no vacilen en expresarse en la defensa y promoción de los grandes valores que forjaron nuestra nacionalidad y que constituyen la esperanza de nuestra Patria.
9. En este sentido, me permito recordar la frase significativa: “Viva
10. Que el Señor de los Milagros bendiga a nuestro pueblo dándole valor para vencer los miedos y testimoniar su compromiso humanitario y cristiano, haciendo grande este Perú: preciado don que Dios ha puesto en nuestras manos.
“FELICES FIESTAS PATRIAS”
+ Miguel Cabrejos Vidarte, OFM.
Arzobispo Metropolitano de Trujillo
Presidente de
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