El trajinado, pero nunca fatigado recorrido de Suárez y Graus les ha permitido, desde hace varias décadas, anclar en estilos divergentes. El primero de ellos, es un seguidor de la corriente indigenista, hace escultura, cerámica y para ganarse el sustento trabaja en la conservación de obras de arte.
El arte es una manifestación excelsa del hombre a todo nivel y en toda región. En nuestro país, es una constante que los mejores acuarelistas estén en el sur, entre tanto, en la zona norte, destacan los mejores artistas en óleo y acrílico. Una muestra de ello, se puede apreciar en la obra de los artistas plásticos Héctor Suárez y Tito Graus, quienes exponen sus vivencias delineadas en trazos de colores, variada textura y permanente armonía visual en “Reflexiones”, la muestra dual que permite al visitante apreciar en treinta lienzos, 14 de Suárez y 16 de Graus, la concretización de los sentimientos, emociones, visiones y conceptos de la vida de los artistas.
El trajinado, pero nunca fatigado recorrido de Suárez y Graus les ha permitido, desde hace varias décadas, anclar en estilos divergentes. El primero de ellos, es un seguidor de la corriente indigenista, hace escultura, cerámica y para ganarse el sustento trabaja en la conservación de obras de arte e incluso en el propio monumento arqueológico de Chan Chan; el segundo, también pedagogo, recoge las vivencias andinas y las transmite en un lenguaje que corresponde a la pintura abstracta.
En la presentación de las obras, el productor cultural Gilbert Tarazona, definió así a Suárez y Graus. Héctor Suárez con su conocida preocupación por el tema social, pintando el medio que lo rodea, rescata sutilmente las vivencias y ocupaciones del ser humano que habita en una urbe motorizada, congestionada, estresante, hasta cierto punto inhumana. Y con una pincelada que lo caracteriza, con la simplicidad de sus elementos, une lo accesorio con lo esencial, su paleta es de colores vibrantes y coherente cromatismo.
En la obra de Tito Graus encontramos una interpretación más personal: nos muestra su otro mundo dentro de un simbolismo abstracto, convirtiéndose con estos trabajos en una artistas post modernista que busca la interrelación de lenguajes pictóricos tanto el personal como el universal; rompiendo así con el academismo. En los trabajos que presenta para esta muestra trata que el espectador reflexione sobre el contenido y mensajes de sus obras, basadas en costumbres típicas de nuestra región y tradiciones ancestrales.
Asimismo, sueños oníricos y recuerdos de infancia que fluyen en su inconsciencia, llevándonos al otro lado de la orilla donde el mensaje de su pintura no es de fácil lectura. La muestra, que suma a larga trayectoria de exposiciones, tanto individuales como colectivas de los autores, se exhibirá hasta el 17 del presente, en la sala cultural del Banco Continental, ubicada en el jirón Pizarro. La muestra colectiva nos invita a la apertura de nuevas salas, a la revaloración de las ya existentes como la ubicada en el Instituto Regional de Cultura y la promoción de eventos culturales que permitan exhibir el arte, de los ya consagrados y de los noveles artistas.
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