En julio de 1216, San Francisco de Asís pidió en Perusa a Honorio III que todo el que, arrepentido y confesado, entrara en la iglesita de la Porciúncula, ganara gratuitamente una indulgencia plenaria, como la ganaban quienes se enrolaban en las Cruzadas, y otros que sostenían con sus ofrendas las iniciativas de la Iglesia.
La tradicional Fiesta de Santa María Reina de los Ángeles, conocida como "fiesta de la Porciúncula” congregará nuevamente este viernes 2 de agosto a cientos de personas en los templos, conventos y casas franciscanas en distintas ciudades del Perú y a nivel mundial. En nuestro país esta fiesta se realiza desde hace alrededor de trescientos sesenta años. Ese día se compartirá el famoso "puchero franciscano" es una sopa o menestrón elaborado con productos obtenidos de donaciones caritativas (choclo, papa, diversas carnes, col, habas, etc.) y se comparte con todas las personas que asisten a la misa.
Cabe señalar que en esta fiesta hay una indulgencia plenaria concedida por la Iglesia Católica, por lo cual también se le conoce como la "Fiesta del perdón". Dicha festividad revive el mismo espíritu que la celebración tuvo en sus orígenes hace más de ochocientos años. En la ciudad de Lima, la fiesta se vive con especial devoción en el Convento de Los Descalzos en el Rímac –donde asisten más de 1,500 personas a personas de toda condición social y especialmente los pobres- y en diferentes casas de las fraternidades de la Orden Franciscana Seglar, donde se comparte la "Porciúncula" (porción).
Una de estas casas es la Fraternidad XII Apóstoles de Lima, en la Av. Abancay 137, donde los franciscanos seglares aderezan este menestrón y lo sirven a los más pobres. En otras ciudades, como Trujillo, Arequipa y Huancayo los franciscanos también sirven el puchero luego de la celebración de la Santa Misa. En julio de 1216, San Francisco de Asís pidió en Perusa a Honorio III que todo el que, arrepentido y confesado, entrara en la iglesita de la Porciúncula, ganara gratuitamente una indulgencia plenaria, como la ganaban quienes se enrolaban en las Cruzadas, y otros que sostenían con sus ofrendas las iniciativas de la Iglesia. De ahí el nombre de Indulgencia de la Porciúncula, Perdón de Asís, Indulgencia o Perdón de las rosas (por el prodigio que medió en su confirmación según alguna tradición tardía).
Más allá de las controversias históricas acerca de los orígenes y circunstancias de la concesión de la Indulgencia, lo cierto es que la Iglesia ha seguido, hasta nuestros días, otorgando y ampliando esa gracia extraordinaria. En la actualidad, esta Indulgencia puede recibirse no sólo en Santa María de los Ángeles o la Porciúncula, sino en todas las iglesias franciscanas, y también en las iglesias catedral y parroquial, cada 2 de agosto, día de la Dedicación de la iglesita, una sola vez, con las siguientes condiciones:
1) visitar una de las iglesias mencionadas, rezando la oración del Señor y el Símbolo de la fe (Padrenuestro y Credo)
2) confesarse, comulgar y rezar por las intenciones del Papa, por ejemplo, un Padrenuestro con Avemaría y Gloria; estas condiciones pueden cumplirse unos días antes o después, pero conviene que la comunión y la oración por el Papa se realicen en el día en que se gana la Indulgencia.
2) confesarse, comulgar y rezar por las intenciones del Papa, por ejemplo, un Padrenuestro con Avemaría y Gloria; estas condiciones pueden cumplirse unos días antes o después, pero conviene que la comunión y la oración por el Papa se realicen en el día en que se gana la Indulgencia.
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