Arzobispo entregó albas y sotanas a seminaristas

Las primeras vestimentas litúrgicas fueron entregadas por el Mons. Miguel Cabrejos Vidarte, a cinco jóvenes que ingresaron este año para estudiar a esta casa de formación sacerdotal, mientras que los tres restantes recibieron sotanas, como un distintivo, para dar inicio a los estudios de Teología.

Ocho jóvenes que han escuchado el llamado de Dios a la vocación sacerdotal y que se forman en el Seminario Mayor San Carlos y San Marcelo de Moche de la Arquidiócesis de Trujillo, recibieron sus albas y sotanas de manos del Arzobispo de Trujillo y presidente de la Conferencia Episcopal Peruana, Mons. Miguel Cabrejos Vidarte OFM., durante una solemne celebración Eucaristía, en el santuario Señor de la Divina Misericordia de esta casa de formación, y que contó con la activa participación de sacerdotes, formadores, docentes, estudiantes y familiares de los candidatos.

Las primeras vestimentas litúrgicas fueron entregadas a cinco jóvenes, que ingresaron este año para estudiar a esta casa de formación sacerdotal, mientras que los tres restantes recibieron sotanas, como un distintivo, para dar inicio a los estudios de Teología. Los nuevos seminaristas son: Juan Asmad Morgado, Arnold Huamán Aquino, Marco Antonio Laguna Chiclayo, Elvis Moreno Genovez y kamanda Muema Titus. Entre tanto, Antonio Altamirano Gross, José Ojeda Bermeo y Dominic Matata Mbuva, se revistieron con las respectivas sotanas.

Posteriormente, el pastor de la Iglesia Trujillana, confirió los Ministerios de Acolitado y Lectorado a dos jóvenes seminaristas. Tras ellos, se dio inicio a la admisión al diaconado de seis seminaristas, que ejercerán el servicio de la diaconía en esta jurisdicción. Ellos recibirán este ministerio de manos del Arzobispo, este viernes 27 de abril, en la Solemnidad de Santo Toribio de Mogrovejo, a las 11:00 am., en la Basílica Catedral de Trujillo. Como se sabe, después de ocho años de formación en el seminario, muchos jóvenes reciben la ordenación diaconal y posteriormente la sacerdotal por imposición de manos del Obispo. Finalmente, son enviados a servir donde la Iglesia los necesite.