La protesta del público usuario de inmediato debe ser escuchada por nuestras autoridades, evitando que el malestar tienda a socializarse rápidamente y en pocos días tengamos que observar protestas que desbordan la ecuanimidad del pueblo afectado en su precaria economía.
Por: Amaro Rodríguez Santillán.
Los gastos operativos en el costo de los precios de los pasajes en el transporte del servicio público urbano, de ninguna manera aumentaron en un 50%, para que se vea reflejada en una tarifa dispuesta por las empresas de servicio público, ante la complaciente mirada de Indecopi y otras autoridades competentes, que actúan insensibles al saqueo de los bolsillos del pueblo, como si fueran socios de esas empresas de transportes.
La protesta del público usuario de inmediato debe ser escuchada por nuestras autoridades, evitando que el malestar tienda a socializarse rápidamente y en pocos días tengamos que observar protestas que desbordan la ecuanimidad del pueblo afectado en su precaria economía, por no recibir en compensación incremento de sus salarios.
Las protestas justificadas que fácilmente degeneran en violencia, puede ocasionar grave daño a la propiedad privada y pública, que es lo que se trata de evitar, con oportunas respuestas de autoridades, que lleven bien puesto los pantalones y no sean sumisos a ofertas tentadoras de parte de empresarios, que se aprovechan de la alegría colectiva del pueblo por tener a la selección peruana en el mundial de futbol después de 36 años.
Desde cualquier ángulo que se analice el incremento de la tarifa del pasaje urbano, no se encontrará una justificación que lo avale y el pueblo no tiene por qué pagar el sol con 50 céntimos dispuesto por los empresarios, ¿quién defiende al público consumidor y usuario de servicios públicos?
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