Recordamos a nuestras antiguas madres, que nos inculcaron la honradez, y si encontrábamos dinero nos exigía llevarla al lugar donde lo habíamos encontrado, de repente estaba allí su dueño para devolverlo, antes éramos pobres, pero honrados y la mamá amenazaba, si tocas cosas ajenas “te quemo las manos”.
Por: Amaro Rodríguez Santillán
Un caso que se repite en otros hogares con igual, menor, o mayor intensidad se da en hogares de familias muy vulnerables, azotadas por la extrema pobreza y les narramos un uno de estos casos que reflejan la equivocada actitud de las madres, al estimular a sus menores hijos en el inicio de conductas orientada a futuros actos delictivos. En determinado hogar ubicado en un asentamiento humano, una madre de tres niños varones que frisan entre los ocho y once años de edad, donde se encara cada día la falta de alimentos por falta de ayuda paternal.
Uno de los niños, el segundo de los hermanos de unos nueve años y medio se llevan casi año y medio de edad, recibe halagos de parte de su madre que lo sindica como un buen hijo buscavida y con suerte. A su segundo hijo al que nos referimos, la mamá lo llama “clavito”, por su contextura delgada y aconseja a sus otros dos hijos, que sean vivos como el clavito y no se muestren como zonzos y no ayudan al triste hogar, donde la falta de alimentos en el pan de cada día.
La madre se muestra muy complacida y alaba la viveza de su hijo clavito, que se va al mercado sin dinero, pero regresa con alimentos en la bolsa y lo repite reiteradamente ante sus dos otros hijos y lo pone de ejemplo, además este diligente clavito tiene suerte, porque según cuenta a su mamá y ella lo repite a los otros hijos, encuentra en el suelo dinero, a veces un sol, dos soles, cinco soles hasta un billete de diez soles.
Indudablemente con la equivocada conducta de la madre agradecida por la ayuda de su hijo para parar la olla, estaría fortaleciendo a nuevos “pájaros fruteros”, al mismo tiempo de estimularlos en el camino a las acciones delictivas. Recordamos a nuestras antiguas madres, que nos inculcaron la honradez, y si encontrábamos dinero nos exigía llevarla al lugar donde lo habíamos encontrado, de repente estaba allí su dueño para devolverlo, antes éramos pobres, pero honrados y la mamá amenazaba, si tocas cosas ajenas “te quemo las manos”.
Ahora estas equivocada de madres, sin saberlo estimulan seguir el camino del delito, del que estamos hastiados, la necesidad induce al delito, sin justificarlo, como me hace recordar una escena de la obra “Los Miserables” de Víctor Hugo, cuando un padre de familia quien no podía encontrar trabajo impotente y con mucho sufrimiento para dar de comer pan a su hijo, a su mujer y a su madre roba un pan grande de una panadería y es condenado 5 años de prisión con trabajos forzados.
Este clavito del que nos referimos, bien podría competir en el futuro el cargo de ser un buen alcalde, un buen gobernador, un buen parlamentario, hasta un buen Presidente de la República robando los dineros públicos.
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