Como parte de la estrategia de diversificación de productos se sembraron 100 hectáreas de uva en Sullana. La siembra se inició hace aproximadamente siete meses y permitirá generar mayor mano de obra, informó el superintendente, Jorge Luis Vilcamango.
La empresa de agroexportación Camposol viene incursionando en el cultivo de uvas con la siembra de 100 hectáreas de este fruto en el fundo Agroalegre, ubicado en la localidad de Huangalá, Sullana. El desarrollo de este cultivo se ejecuta como parte de su estrategia de diversificación de productos para afrontar la crisis externa que ha generado la caída de los precios del espárrago, uno de los principales productos que exporta la agroexportadora.
La siembra se inició hace aproximadamente siete meses y permitirá generar mayor mano de obra, informó el superintendente, Jorge Luis Vilcamango. El desarrollo del cultivo va a un ritmo acelerado, aunque bajo un control minucioso en su crecimiento por parte de los ingenieros de la agroexportadora, quienes aseguran productos de gran calidad, como los exigidos en los mercados europeos, americanos y asiáticos.
La uva es un producto de gran inversión, explicó el ingeniero, pues requiere un promedio de 30 mil dólares de inversión por hectárea, desde su cultivo hasta la cosecha, pues se utilizan hasta parrones, con productos importados de Chile para que la planta pueda sostenerse y crecer sin problemas de infección debido a la madera. A ello se suma un sistema de riego general, que permite controlar todo el riego desde un solo punto, con una unidad remota que emite una señal a la base. Esto también controla la nutrición de la planta.
“El proceso va a un ritmo muy acelerado y se debe dar el manejo en función al comportamiento de la planta”, precisó el funcionario. La uva requiere también bastante mano de obra, especialmente en la etapa de “raleo”, que se registra luego de la poda. “El tratamiento se hace por racimo, es muy específico porque consiste en cortar las vallas o púas que no están dentro del parámetro establecido. Nosotros necesitamos racimos de 700 a 800 gramos”, especificó refiriéndose a los parámetros para exportar.
Para la época de cosecha, la mano de obra alcanza aproximadamente las 60 personas por hectárea, sin embargo en la etapa de raleo el número puede ser mayor pues el trabajo es minucioso, sostiene. El ingeniero Vilcamango manifestó que se dará prioridad a los moradores de los poblados aledaños al fundo para el contrato de nuevo personal, quienes tendrán todos los beneficios de la ley agraria durante el tiempo que presten sus servicios.
Camposol amplió así sus cultivos en Piura, donde ya produce mango y pimiento piquillo. El Ing. Vilcamando considera que la competencia para la empresa no está dentro sino fuera del país, hacia donde apuntan y señaló que en aproximadamente cinco años tendrán buenos resultados.
“Ahora todos quieren sembrar uva, pero no todos podrán mantenerse”, expresó refiriéndose a las limitantes. La uva es considerada un alimento desintoxicante pues limpia y fortalece los intestinos, es rica en potasio y contiene vitamina B, entre otras propiedades.
La empresa de agroexportación Camposol viene incursionando en el cultivo de uvas con la siembra de 100 hectáreas de este fruto en el fundo Agroalegre, ubicado en la localidad de Huangalá, Sullana. El desarrollo de este cultivo se ejecuta como parte de su estrategia de diversificación de productos para afrontar la crisis externa que ha generado la caída de los precios del espárrago, uno de los principales productos que exporta la agroexportadora.
La siembra se inició hace aproximadamente siete meses y permitirá generar mayor mano de obra, informó el superintendente, Jorge Luis Vilcamango. El desarrollo del cultivo va a un ritmo acelerado, aunque bajo un control minucioso en su crecimiento por parte de los ingenieros de la agroexportadora, quienes aseguran productos de gran calidad, como los exigidos en los mercados europeos, americanos y asiáticos.
La uva es un producto de gran inversión, explicó el ingeniero, pues requiere un promedio de 30 mil dólares de inversión por hectárea, desde su cultivo hasta la cosecha, pues se utilizan hasta parrones, con productos importados de Chile para que la planta pueda sostenerse y crecer sin problemas de infección debido a la madera. A ello se suma un sistema de riego general, que permite controlar todo el riego desde un solo punto, con una unidad remota que emite una señal a la base. Esto también controla la nutrición de la planta.
“El proceso va a un ritmo muy acelerado y se debe dar el manejo en función al comportamiento de la planta”, precisó el funcionario. La uva requiere también bastante mano de obra, especialmente en la etapa de “raleo”, que se registra luego de la poda. “El tratamiento se hace por racimo, es muy específico porque consiste en cortar las vallas o púas que no están dentro del parámetro establecido. Nosotros necesitamos racimos de 700 a 800 gramos”, especificó refiriéndose a los parámetros para exportar.
Para la época de cosecha, la mano de obra alcanza aproximadamente las 60 personas por hectárea, sin embargo en la etapa de raleo el número puede ser mayor pues el trabajo es minucioso, sostiene. El ingeniero Vilcamango manifestó que se dará prioridad a los moradores de los poblados aledaños al fundo para el contrato de nuevo personal, quienes tendrán todos los beneficios de la ley agraria durante el tiempo que presten sus servicios.
Camposol amplió así sus cultivos en Piura, donde ya produce mango y pimiento piquillo. El Ing. Vilcamando considera que la competencia para la empresa no está dentro sino fuera del país, hacia donde apuntan y señaló que en aproximadamente cinco años tendrán buenos resultados.
“Ahora todos quieren sembrar uva, pero no todos podrán mantenerse”, expresó refiriéndose a las limitantes. La uva es considerada un alimento desintoxicante pues limpia y fortalece los intestinos, es rica en potasio y contiene vitamina B, entre otras propiedades.
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